ISSN-PRINT 1794-9831 / E-ISSN 2322-7028

Vol. 19 Nº 3 / sep - dic, 2022 / Cúcuta, Colombia.

https://doi.org/10.22463/17949831.3399

Original

Experiencia vivida, Van Manen como referente para la investigación fenomenológica delcuidado

Lived experience, Van Manen as a reference for phenomenological research of care

Experiência vivida, Van Manen como referência para pesquisa fenomenológica do cuidado

Raúl Fernando Guerrero-Castañeda 1*
Cinthia Elizabeth González-Soto 2*

Resumen


La fenomenología como filosofía y cómo método de investigación cualitativa en salud y enfermería se ha posicionado como un abordaje que permite desvelar fenómenos complejos del cuidado. Los seres humanos están inmersos en diversos fenómenos del cuidado que pueden ser comprendidos a través de las experiencias vividas en diversos escenarios. El objetivo de este artículo es describir la propuesta de Van Manen sobre la experiencia vivida como un referente para la investigación fenomenológica en el cuidado de la enfermería y la salud. A través de la revisión crítica del referente de la fenomenología hermenéutica de Van Manen, se propone el abordaje de los fenómenos del cuidado a través del análisis de las experiencias vividas. Este referente metodológico puede ser una guía que efectuada de forma rigurosa provee a los enfermeros de una herramienta científica para la exploración de los fenómenos del cuidado. Las enfermeras investigadoras en fenomenología exploran cada experiencia vivida y la transforman en un texto fenomenológico que les permite desvelar fenómenos importantes para la disciplina de la enfermería.

Palabras Claves: Fenomenología; Hermenéutica; Filosofía en enfermería; Cuidado

Abstract


Phenomenology as a philosophy and qualitative research method in health and nursing has positioned itself as an approach that allows to uncover complex care phenomena. Human beings are immersed in diverse care phenomena that could be understood through lived experiences in diverse scenarios. The objective of this article is to describe the proposal of Van Manen on lived experience as a reference for phenomenological research of nursing care and health. Through a critical review of Van Manen’s hermeneutic phenomenology, an approach of the care phenomena is proposed through the analysis of lived experiences. This methodological reference could be a guide that if carried-out meticulously provides nurses with a scientific tool for exploration of care phenomena. Research nurses in phenomenology explore each lived experience and transform them into a phenomenological text that allows to reveal important phenomena for the nursing discipline.

KeyWords: Phenomenology; Hermeneutics; Nursing philosophy; Caring.

Resumo


A fenomenologia como filosofia e como método de pesquisa qualitativa em saúde e enfermagem tem se posicionado como uma abordagem que permite revelar fenômenos complexos de cuidado. Os seres humanos estão imersos em diversos fenômenos de cuidado que podem ser compreendidos através das experiências vividas em diversos cenários. O objetivo deste artigo é descrever a proposta de Van Manen sobre a experiência vivida como referência para pesquisas fenomenológicas em cuidados de enfermagem e saúde. Através da revisão crítica do referente Van Manen da fenomenologia hermenêutica, a abordagem dos fenômenos do cuidado é proposta através da análise de experiências vividas. Essa referência metodológica pode ser um guia que, realizada rigorosamente, fornece aos enfermeiros uma ferramenta científica para explorar os fenômenos do cuidado. Pesquisadores de fenomenologia de enfermagem exploram cada experiência vivida e a transformam em um texto fenomenológico que revela fenômenos importantes para a disciplina de enfermagem.

Palavras-chave: Pesquisa cualitativa; Hermenêutica; Hilosofia em enfermagem; Cuidado.

Autor de correspondencia*

1* Licenciado en Enfermería. Maestro en Educación. Doctor en Ciencias de Enfermería. Profesor Investigador del Departamento de Enfermería Clínica, Campus Celaya-Salvatierra, Universidad de Guanajuato, Celaya, México. drfernandocastaneda@hotmail.com, 0000-0003-3996-5208

2* Licenciada en Enfermería. Maestra en Ciencias de Enfermería. Estudiante de Doctorado en Ciencias de Enfermería, Campus Celaya-Salvatierra, Universidad de Guanajuato, Celaya, México. ce.gonzalezsoto@ugto.mx, 0000-0001-9720-5413

Recibido: 13 junio 2022
Aprobado: 28 agosto 2022

Para citar este artículo / To reference this article / Para citar este artigo: Guerrero-Castañeda RF, Gonz'ales¿zSto CE. Experiencia vivida, Van Manen como referente para la investigación fenomenológica delcuidado. 2022; 19(3):112-120 https://doi.org/10.22463/17949831.3399


© Universidad Francisco de Paula Santander. Este es un artículo bajo la licencia CC-BY-NC-ND
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Introducción

Abordar el tema de la fenomenología despierta una serie de inquietudes en los investigadores enfermeros naturalistas; estas inquietudes se suelen tornar más asiduas, ya que la fenomenología debate en gran medida los métodos de investigación tradicional. Para los investigadores más noveles es una experiencia por lograr el objetivo mismo de la fenomenología, la comprensión de ésta como un referente filosófico y metodológico que les permita acercarse a diversos fenómenos del cuidado de la enfermería (1), considerándola como la experiencia de la salud humana y las relaciones entre persona cuidada y persona que cuida.

Conviene subrayar que el cuidado es un término bastante complejo, puesto que la variedad de sus significados corresponde a muchas interpretaciones, en el marco de la fenomenología. La evolución del concepto de cuidar como el acto fundamental y fáctico de la enfermería ha surgido gracias a la investigación.

Los fenómenos que confluyen en el acto de cuidar en la enfermería pueden ser abordados desde diferentes métodos; es decir, que la complejidad del ser humano exige la revisión sobre los aportes de los grandes fenomenólogos como Husserl, Heidegger, Merleau-Ponty, Gadamer, entre otros (2). Es por eso, que los diversos abordajes sobre el fenómeno disciplinar de la enfermería como es el cuidado se constituye en el objetivo fundamental para comprenderlo e interpretarlo, acciones que son causantes de conflicto entre los investigadores.

Precisamente, el pensar y abordar diversos actos en el cuidado han hecho que se comprenda que la esencia de la enfermería es el acto de cuidar (3). Este comprender la esencia del cuidado es interesante para la fenomenología.

Es necesario recalcar que el cuidado es un encuentro con el otro; de ahí, que la enfermera centre su acción en un acto que requiere: conocimiento, destreza y habilidad, pero también de sensibilidad para hacer frente a diversas situaciones de cuidado. Las personas que reciben cuidados en su cotidianidad viven experiencias que marcan su vida, por esta razón, tanto las personas cuidadas y las enfermeras como cuidadoras, vivencian y experimentan el mundo, como parte de ese convivir mutuo y de cuidado.

Cuando la enfermera cuida, la persona cuidada tiene un efecto, vive la experiencia resultante de ese momento que marca su existencia, de ahí que se pueda hablar de experiencia vivida en un momento determinado. Al respecto, Watson habla de un momento de cuidado, como un encuentro fenomenológico, un encuentro único que tiene un efecto de sanación (4).

En ese encuentro, el cuidado se vuelve único para los participantes que lo experimentan viviéndolo desde su propia historia; por tanto, la comprensión del significado de esta experiencia vivida es única para cada uno.

El significado surge de la intencionalidad del cuidado en ese momento, de su estructuración en la conciencia de ambos participantes, de su forma de ver y percibir el mundo de la vida, del cual son partícipes (5). Desde este punto de vista, ese significado es la esencia de ese momento de cuidar, que involucra no sólo el acto en sí de la enfermera, sino el significado de diversas experiencias vividas en torno no sólo a ese momento sino a la vida misma de la persona que es cuidada.

De donde se infiere que la fenomenología busca acceder a esa conciencia y rescata esa esencia de las experiencias vividas por una persona en su vida cotidiana. En consecuencia, la razón de la fenomenología es comprender cada experiencia vivida; de ahí, que el método fenomenológico requiera de una mayor complejidad al examinar un fenómeno que puede ser abordado e interpretado en la vida cotidiana tal como se presenta (6).

Por su parte, Max Van Manen aborda la fenomenología hermenéutica desde las experiencias vividas (6), por lo que resulta un referente metodológico que puede ayudar a los investigadores enfermeros a explorar diversos fenómenos en torno al cuidado de la enfermería y que puedan interpretar su esencia con el rigor que la fenomenología exige, dando sentido a fenómenos que resultan complejos a la luz de la investigación cuantitativa. Por esta razón, el objetivo de este artículo es reflexionar sobre la propuesta de Van Manen sobre la experiencia vivida como un referente para la investigación fenomenológica en el cuidado de la enfermería.

Desarrollo

Se partió de la interrogante ¿Cuáles son los aportes de la propuesta de Van Manen sobre la experiencia vivida como un referente para la investigación en enfermería?, a partir de ello se realizó el presente estudio teórico reflexivo elaborado a través de la revisión de la literatura de Max Van Manen y algunos artículos sobre fenomenología hermenéutica y cuidado. El autor elabora un análisis crítico de la literatura revisada destacando el referente de la “experiencia vivida” como camino metodológico en fenomenología para la investigación de la enfermería. La revisión de la literatura se orientó en la búsqueda de artículos de reflexión, revisión o empíricos que retomaran el referente filosófico en cuestión, publicados a partir del 2015. Finalmente de los 336 resultados que se obtuvieron se seleccionaron 20 artículos, después de su lectura completa.

La experiencia vivida

Max van Manen ha desarrollado una serie de discusiones en torno a la fenomenología y pedagogía. Si bien, su estudio se ha centrado en la educación, es interesante abordar diversos conceptos propuestos por el autor que pueden ser orientadores en la investigación fenomenológica de la enfermería. En su trabajo titulado: “Phenomenology of practice” (6) elabora una serie de discusiones sobre la investigación fenomenológica en ciencias de la salud.

En este contexto, el término experiencia vivida alude a la experiencia humana. Por consiguiente, la investigación fenomenológica en general, aborda las experiencias humanas en su esencia. La forma en cómo el ser humano conecta con el mundo y donde se vuelve uno sólo, corresponde a la forma en que lo experimenta y por tanto, crea una estructura de significados que puede enriquecerse. Van Manen cita a Dilthey quien afirma que “la experiencia vivida como una conciencia reflexiva o auto dada, es inherente a la temporalidad de la conciencia de la vida como la vivimos” (6).

Es decir que la razón de vivir en el mundo otorga un significado en torno a una experiencia de vivir en el mundo desde la percepción de los sentidos y su razón de ser, es decir, su esencia. La experiencia vivida es la forma de aprehender del mundo. Por ende, las experiencias son vividas en tanto que crean en la conciencia una intencionalidad, una forma de comprensión de sí mismo y del mundo que rodea al ser humano.

Es por eso, que la vivencia del mundo es una interacción que dota de un significado al ser humano que la vive; por esta razón, hablar de experiencia vivida no es hablar de una sola forma de cómo se percibe el mundo, sino como el ser humano lo ha comprendido y cómo interpreta los diversos escenarios de su mundo.

Se debe precisar que la controversia con el método fenomenológico en cuanto se refiere a la comprensión la experiencia vivida es la complejidad del verbo comprender. ¿Cómo el investigador fenomenológico puede comprender una experiencia vivida por el otro? ¿Será posible comprender el significado o esencia de un fenómeno experimentado por otro sin interferir la subjetividad del investigador?

En este sentido, una experiencia vivida puede ser comprendida a través del lenguaje, puesto que el lenguaje es el vehículo por el cual la experiencia vivida se manifiesta (7). Esto es, que todo el cúmulo de palabras es un conjunto de mensajes que el investigador debe identificar, que no será una tarea inalcanzable, puesto que el ser humano transforma la experiencia vivida y la expresa a través del lenguaje. La fenomenología en sus posteriores propuestas expone un fenómeno que puede ser manifestado por una persona que lo ha experimentado. De donde se concluye, que la intersubjetividad es un punto de conexión entre el investigador y la persona, dando origen a un significado que es posible desvelar, en tanto que la experiencia vivida momento a momento y la reflexión responde a la interrogante sobre el fenómeno vivido y el lenguaje es el vehículo que enuncia la conciencia del ser.

Van Manen cita que “para el investigador es importante darse cuenta de que la experiencia, tal como la vivimos momento a momento, es siempre más compleja, más matizada, más rica en capas que podemos comprender, y los significados que surgen de reflexionar sobre la experiencia vivida son siempre ambiguos, enigmáticos, y en definitiva insondable” (6).

Por tanto, la riqueza del método fenomenológico es la comprensión de un fenómeno vivido, relacionando lo que una persona ha vivido con lo universal y continuo del mundo; razón por la cual la fenomenología no demuestra, no explica, no intenta evidenciar. La fenomenología busca comprender, acción que se expresa en un texto. La esencia de toda experiencia vivida no es una forma oculta de un fenómeno vivido, Van Manen alude que “la investigación fenomenológica no se diferencia de una tarea artística; es un intento creativo, de algún modo, de capturar un determinado fenómeno de la vida en una descripción lingüística que a la vez sea holística y analítica, evocativa y precisa, única y universal, potente y sensible” (6).

De ahí que las formas de cotidianidad del ser humano se visualizan en diversas vivencias a las que otorga un significado; por tal razón, la experiencia vivida es una forma de la cual se vale la fenomenología para interrogar sobre una forma de estar en el mundo. Esta experiencia vivida se caracteriza por su facticidad, es decir, la intencionalidad de la persona por rescatar la esencia de lo vivido.

Por eso, las preguntas fenomenológicas no aluden a problemas, puesto que la fenomenología no busca resolver problemas, sino que surge de la experiencia, colocando en sintonía a quien lo ha vivido. La fenomenología busca la esencia de esa experiencia vivida, no está afianzada en prejuicios, puesto que busca la forma como la persona lo ha vivido y lo reflexiona conscientemente, dando significado a esa experiencia vivida, razón por la cual a la luz de la fenomenología no se puede generalizar (8). La expresión de las experiencias vividas son una clave para el investigador, aún cuando se mencione que es una investigación fenomenológica descriptiva, puesto que es necesario recuperar la esencia de esas experiencias vividas.

Por otro lado, Van Manen expresa que la descripción fenomenológica tiene como base dos tipos: la descripción de la cualidad vivida de la experiencia vivida y la descripción del significado de cómo se expresa esa experiencia vivida (6,9).

El primer sentido es un detalle de la forma más superficial de la experiencia vivida: qué, cómo, cuándo, dónde, quién; los detalles del ambiente en su expresión más nítida. De igual forma, la descripción del significado es el tono simbólico aludido por el lenguaje, respondiendo a la esencia del fenómeno, manifestado de forma mediana y vaga como señala Heidegger (10).

Hay que indicar que la interpretación corresponde a la hermenéutica, por esta razón se habla en algunas ocasiones de fenomenología hermenéutica. La hermenéutica señala la interpretación de un fenómeno, si se retoma el concepto del significado, entonces, cabría también mencionar que lo que el investigador interpreta como significado es la ya interpretación de la persona que ha vivido la experiencia (11).

Las experiencias vividas son propias de las personas que las viven, el modo en cómo ocurren y cómo se significan es el modo esencial de su razón de ser. El investigador es parte del mundo, es uno con la persona de quien rescata la experiencia. Del mismo modo, debe tener en cuenta que la fenomenología se centra en el fenómeno sin prejuicios o suposiciones, indaga en la experiencia tal como es vivida, no cómo la conceptualice (la operacionalización de un concepto limita su comprensión); en consecuencia debe reflexionar en la esencia de esa experiencia vivida, escribir y reescribir el fenómeno (12). El mapeo de las unidades de significado convergentes y la estructuración del fenómeno vivido son el objetivo de su comprensión e interpretación.

Se han propuesto algunos momentos o fases para llevar a cabo el método fenomenológico; al respecto Van Manen expresa que un investigador fenomenólogo es un teórico. El investigador enfermero que busca ahondar en las experiencias vividas y fundamentarse en el método fenomenológico debe ser ante todo un teórico, ser sensible y dinámico y tener interés por los aspectos más sublimes del ser humano. El investigador debe ser como menciona Van Manen “un observador sensible de las sutilezas de la vida cotidiana y a la vez un lector ávido de textos significativos de la tradición de las ciencias humanas, de las humanidades, la historia, la filosofía, la antropología y las ciencias sociales en tanto en cuanto pertenezcan a su ámbito de interés” (6).

Desde esta perspectiva el método de Van Manen está señalado como una teorización fenomenológica, un conjunto de guías y recomendaciones, más que pasos que limitarían el contacto con la persona que ha vivido el fenómeno. El investigador da voz a esa persona que ha tenido una experiencia vivida y cómo la vivió (13) con sus respectivas características. Por tal razón, el investigador debe ser sensible y tener una capacidad de reflexión e interpretación que le permita rescatar la subjetividad del fenómeno estudiado.

El método de análisis de forma operativa de la experiencia vivida propuesto por Van Manen (9) incluye tres momentos que componen una estructura circular, pues no terminan con el tercero, pues se está en un constante reflexionar sobre la experiencia vivida.

Primer momento: Recoger la experiencia vivida. Hace referencia a recolectar toda la información sobre la experiencia tal como es vivida, aunque se pueden agregar fuentes (libros o artículos), contribuyendo a la contextualización del fenómeno estudiado. La fuente principal de la experiencia vivida es la entrevista fenomenológica (14). La entrevista fenomenológica se inicia con una pregunta detonadora que ayudará a avivar la experiencia vivida por y en el sujeto, en donde se recoge toda la información. Además permite escuchar una y otra vez la entrevista, poner atención a los elementos lingüísticos utilizados y transcribir fielmente cada detalle, para posteriormente codificar el material (Jefferson).

Segundo momento: Reflexionar acerca de la experiencia vivida. Se visualiza la experiencia vivida de forma global, se discute y se reflexiona sobre ella una y otra vez, identificando los temas generales o frases que sean motivo de significado (15). Se estructura en dos niveles: una reflexión macrotemática o significado fundamental y una reflexión microtemática que incluye la selección de frases o unidades de significado, es decir, frases que permitan desvelar el significado de la experiencia vivida. Ambos niveles deben ser fuentes de reflexión en torno a la esencia de la experiencia vivida. En una investigación es fundamental la lectura detallada de los elementos transcritos, seleccionando las frases que corresponden a la esencia misma del fenómeno.

Tercer momento: Descripción-reflexión de la experiencia vivida. El investigador deberá realizar una descripción reflexiva de la experiencia vivida, dar sentido a la experiencia, precisar el fenómeno en sus unidades de significado y mostrarlo en su sentido más profundo. Esta fase operativamente señala la convergencia de unidades de significado que sirvan para identificar temas o unidades de significado mayor; además, señala no sólo su descripción en orden de aparición sino su relación de tal forma que permita interpretar el fenómeno mostrando su sentido. Los investigadores se pueden ayudar mediante la elaboración de mapas conceptuales en donde se visualice la relación entre unidades de significado mayor o temas.

El fenómeno del cuidado como experiencia vivida

El cuidado es un término complejo, aún visto a través de todas las teorías y enfoques filosóficos propuestos. El cuidado es una acción intencionada cuyo fin es promover la vida, dignificar a la persona cuidada, enaltecer los más altos valores humanos; por tanto, va más allá del sólo ayudar en la recuperación de la salud, sino que se constituye en el eje central (4). La sanación no es sólo curar el cuerpo, además, exalta la naturaleza humana en diversas situaciones de vida y salud, da fortaleza al espíritu y ahonda en la esencia de las relaciones transpersonales. La trascendencia de la enfermería está en que el cuidado logre hacer de la persona cuidada un ser humano iluminado, y de la enfermera un ser que a través de la acción de cuidar enaltezca el sentido de humanidad de cada persona, en diversas situaciones.

El cuidado es un acto poético. Estudiosos del tema afirman que el objeto sujeto de la enfermera donde se descubre la esencia del cuidado es “el ser humano, la persona como núcleo, como materia prima con la que trabaja la enfermera para "producir su obra"(16). Mediante una visión fenomenológica se aborda el cuidado en diferentes experiencias vividas tanto por las personas cuidadas como por la enfermera, en donde se pueden llegar a comprender diversos fenómenos (17), muchos de los cuales solamente han sido explorados por enfoques reduccionistas.

Hay que mencionar además, que la enfermera puede comprender estos fenómenos y trascender el fenómeno del cuidado, haciéndolo más palpable y coadyuvando a una enfermería cuyo centro de interés sean las diversas experiencias vividas, no para generalizarlas y generar pautas de seguimiento, sino para comprender la complejidad del mundo de cuidado, atender a las respuestas humanas del otro y lograr la suma dignificación de la persona cuidada.

Se puede agregar que las experiencias vividas por las personas en relación al cuidado son únicas e irrepetibles y su significado es una interpretación del ser en el mundo vivido. Desde este punto de vista, dicho mundo puede comprenderse a través de los cuatro existenciales fenomenológicos: el primero concebido como el cuerpo vivido (corporalidad), el cual se basa en la conciencia del cuerpo en el mundo, su relación con las experiencias y la percepción; el segundo, se refiere al espacio vivido (espacialidad), entendido como la dimensión en donde existe la relación con la experiencia, por tanto es subjetivo; el tercero relacionado con el tiempo vivido (temporalidad) que hace alusión a la condición del significado a partir del momento en que se reflexiona sobre la experiencia vivida; y, el cuarto son las relaciones vividas (relacionalidad), que alude a la interacción intersubjetiva del sujeto, la interacción que transforma y concibe el intercambio de significados (6). No obstante, la reflexión continua de las experiencias vividas del cuidado a través del método fenomenológico puede resultar en una experiencia profunda, capaz de desentrañar aquello que las palabras puedan expresar y que está en la conciencia de las personas. Por tanto, la enfermería requiere de la sensibilidad fenomenológica, pues el cuidado es dinámico y el método fenomenológico es necesario para comprender las diversas situaciones de cuidado en las experiencias vividas. Además, requiere de un interés filosófico que ayude a comprender esas experiencias, a través de las cuales se puede entender la esencia del cuidado desde diversos ángulos.

Al mismo tiempo, las experiencias comunicadas en el lenguaje ahondan en el ser en su forma existencial de ver el mundo (13). De ahí, que la enfermera pueda reinventar el mundo del cuidado y fortalecer el cuerpo de conocimientos disciplinar, coadyuvando a su desarrollo humanístico y estético. Es por eso que se debe investigar sobre métodos que permitan acceder a diversos fenómenos. Es decir, que el enfermero investigador en fenomenología aborda diversos fenómenos del cuidado como un acto que permite el cuidar, preservar la vida, velar por el otro y procurar al otro, en un sentido existencialista” (18).

De igual modo, el cuidado se vive en la cotidianidad de la enfermera, lo que significa que los actos de cuidar los diversos fenómenos de la persona sobrepasan la técnica y la destreza manual. Por sí sólo, el cuidado en la enfermería se sostiene, pero es necesario indagar sobre sus expresiones que se dan en las experiencias vividas de las personas; en consecuencia este encuentro fenomenológico con el otro se manifiesta a través de emociones y palabras. De manera análoga, queda plasmado en la conciencia de quien participa de él y el método fenomenológico da voz a esas experiencias y las transforma en la representación interpretativa de su esencia.

La articulación del lenguaje interpretativo por sí sólo ya existe y es capaz de revolucionar la ciencia del cuidado de la enfermería a través de sus expresiones. Fuster señala que ese lenguaje plasmado en texto fenomenológico debe “procurar llevar al lector a experimentar una forma de “epifanía” del significado” (13). Esto significa que la enfermera que observe el fenómeno estudiado del cuidado debe estar motivada desde su interior, evocar la más sublime transformación de su forma de percibir el cuidado, de comprenderlo; igualmente, mueve su sentido de ver el cuidado desde su práctica, transformándolo en una experiencia vivida a través de la interpretación que da al texto.

Lo más importante, es precisar que para cada persona el cuidado tiene un significado; por tal razón, cada experiencia vivida es almacenada en la conciencia y cuando es recordada por medio de la pregunta fenomenológica, se estimularán los más recónditos detalles dando origen a un discurso que ahonde en esa experiencia vivida, estructurando el fenómeno como lo interpreta desde sí.

En efecto, esta descripción de la experiencia vivida conlleva a la intencionalidad, a la forma de interpretar el lenguaje por parte de la persona respecto a su experiencia vivida. Es importante resaltar que la noesis es un acto reflexivo de la experiencia vivida y el noema corresponde al encuentro con la unidad de significado de la vivencia, es decir, el objeto pensado (19). El cuidado desde esta perspectiva se vuelve un acto intencionado, tanto al ser ejecutado por la enfermera como por el significado que la persona da a cada experiencia vivida.

El cuidado no se limita a la relación entre la enfermera y la persona cuidada, puesto que el ser humano cuida de sí; por eso, la interrelación con el cuidado se da en la medida en que el fenómeno vivido representa una forma de comprensión del mundo en el que se preserva la vida. Por otro lado, el cuidado es un encuentro entre la enfermera y la persona cuidada en un determinado momento, un encuentro también fáctico de la vida, una razón de estar ahí para el otro y con el otro. En este contexto, la enfermera es un ser humano absorto con el otro en un momento que trasciende el espacio y el tiempo vivido y se transforma en una experiencia vivida que puede fortalecer la comprensión de situaciones de cuidado

Visto de esta manera el interés del fenómeno a estudiar debe tener una delimitación clara del mismo; si el objeto de la fenomenología es estudiar la experiencia vivida, atenderá a la interrogante de la investigación fenomenológica. Van Manen señala que la pregunta clave de la cual nacen todas las preguntas fenomenológicas es: “¿Cuál es la naturaleza de esta experiencia vivida?” (9). La interrogante fenomenológica de estudio está motivada por la vida profesional, la disciplinar y la vida personal de la enfermera investigadora, cuyo objetivo será estructurar el fenómeno por el cual se pregunta, determinando una forma de comprensión que le permita desvelar el significado del cuidado, no para determinarlo o cerrarlo, sino para abrirlo a nuevas posibilidades de interpretación.

Hay que aclarar que es diferente la manera en que una persona experimenta un proceso de enfermedad, un tratamiento, una relación de enseñanza y promoción de salud, la relación con el personal de enfermería que le cuida, una madre que está separada de su hijo hospitalizado en una terapia intensiva neonatal, del hijo que tiene a su padre en cuidados intensivos y el vivir cotidiano del cuidador del adulto mayor que lleva más de un mes hospitalizado. En años recientes, Van Manen se ha tomado como referente para diversos estudios desarrollados desde la enfermería, especialmente para los que hacen referencia a las experiencias vividas en docencia y cuidado a personas hospitalizadas y sus familias (20- 22). Estos estudios dan cuenta sobre la utilidad del referente filosófico y del método en diversos momentos del cuidado que necesitan ser abordados fenomenológicamente. Aunque existen otros referentes metodológicos en fenomenología, con la propuesta de Van Manen se reflexiona sobre el conocimiento científico respetando la naturaleza de los fenómenos en sí mismos a través de una forma operativa accesible al mundo del análisis de la experiencia vivida. Estas formas de vivir los fenómenos relacionados con el cuidado son el foco de estudio de la fenomenología a través de la experiencia vivida. Fenómenos aún más complejos como la muerte, el significado de morir con dignidad, las experiencias de enfermeras que brindan cuidados paliativos (23) son fenómenos que subliman el acto de cuidar.

En consecuencia, las enfermeras deben interesarse por el estudio filosófico que permita comprender los principios básicos de la fenomenología como filosofía y método, que aunque parezca sencilla la exploración de las experiencias vividas, hace falta que se provea de estudios con rigor científico que sustenten el enfoque cualitativo fenomenológico (24). En definitiva, las enfermeras motivadas por el estudio fenomenológico pueden profundizar respecto a la valorización de las experiencias vividas y generar una práctica de enfermería renovadora (25).

No se debe olvidar que la expresión cuidado proviene de cogitatus del participio cogitare, cuyo significado es pensar, reflexionar (26). Son dos características invaluables presentes en el método propuesto por Van Manen, el reflexionar en la experiencia vivida.

De donde se infiere que el referente fenomenológico de Van Manen es una guía que se puede ejecutar de forma correcta y rigurosa permitiéndole a la enfermera explorar adecuadamente los fenómenos relevantes de su disciplina. Por tanto, la reflexibilidad, la rigurosidad y la innovación metodológica bien detallada, pueden generar formas de ver el cuidado desde la experiencia de quien la vive. De manera semejante, los diversos fenómenos que rodean al cuidado son factibles de ser estudiados por este método y de proporcionar al cuerpo disciplinar conocimientos, que a través de la comprensión de los significados de las experiencias vividas, puedan dar respuesta a diversas interrogantes existenciales de la práctica de la enfermería.


Conclusiones

La enfermera se ve inmersa en diversos momentos de cuidado que pueden ser abordados desde la investigación fenomenológica; es decir, que la complejidad de estos momentos puede ser comprendida e interpretada a través de las experiencias vividas del cuidado. Enfermeras y personas cuidadas son protagonistas de los diversos fenómenos del cuidar; por consiguiente, su comprensión puede mejorar la práctica de la enfermería, haciendo de ella una disciplina sensible al acto de cuidado.

Las experiencias vividas emergen en su esencia a través del lenguaje, que es la clave para su comprensión. Reflexionar sobre la naturaleza de las experiencias de cuidado es el principal argumento del método fenomenológico. La enfermera investigadora debe ser capaz de sustentar un proyecto de investigación de forma rigurosa y transformar la experiencia vivida en un texto fenomenológico interpretativo del cuidado.

Conflircto de intereses

Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.


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