Revista Perspectivas ISSN: 2590-9215 (En Línea)
Vol. 3 Núm. 1
Enero - Junio 2018
dx.doi.org/10.22463/25909215.1428

Precisiones conceptuales y procedimentales acerca de la proposición de aproximaciones teóricas en las tesis doctorales


Conceptual and procedural precisions about proposing theoretical approaches in doctoral theses


Precisões conceituais e processuais sobre a proposição de abordagens teóricas em teses de doutorado

Adrián Filiberto Contreras-Colmenaresa*

Resumen

La generación de teorías en las ciencias sociales a partir de las investigaciones doctorales es uno de los propósitos de un investigador novel. Sin embargo, no es el único cometido pues se trata de construir conocimiento inédito y novedoso sobre el fenómeno al que se acerca el investigador. A partir de ese acercamiento, con ese tipo de indagaciones también se pueden contrastar teorías, falsarlas, refutarlas, o probarlas en contextos específicos de investigación. Ahora bien, en lo que se refiere a la elaboración de teorías, hay que señalar que existen grados de teorización y en la medida en que la información recolectada va siendo sistematizada, organizada y estructurada tendrá la notación de ser una aproximación teórica. El presente estudio de naturaleza teórica, busca indagar en las precisiones conceptuales y procedimentales para la proposición de aproximaciones teóricas en el marco de la investigación cualitativa, de gran tradición en las ciencias sociales. La revisión permitió indagar en el hecho de que la depuración de la información mediante un criterio de agrupamiento ya constituye un primer nivel de teorización. A partir de este hecho y de forma sucesiva los niveles de teorización se van haciendo cada vez más profundos, más rigurosos, pero siempre teniendo en cuenta que se tratará una aproximación teórica, puesto que nunca se tendrá una explicación o comprensión del fenómeno estudiado con tal exactitud, por mucho que se intente, sino que será una representación; ergo, una aproximación teórica.

Palabras clave: Aproximación teórica, investigaciones doctorales, conocimiento, rigurosidad, investigador novel.

Abstract

The generation of theories in the social sciences from doctoral research is one of the aims of a new researcher. However, it is not the only task because it is about building unprecedented and novel knowledge about the phenomenon to which the researcher approaches. From this approach, with this type of research, you can also contrast theories, falsify them, refute them, or test them in specific research contexts. Now, as far as the elaboration of theories is concerned, it should be noted that there are degrees of theorization and to the extent that the information collected is being systematized, organized and structured, it will have the notation of being a theoretical approximation. The present study of theoretical nature, seeks to investigate the conceptual and procedural precisions for the proposition of theoretical approaches in the framework of qualitative research, of great tradition in the social sciences. The review allowed us to investigate the fact that the purification of information through a grouping criterion already constitutes a first level of theorization. From this fact and successively levels of theorization are becoming increasingly deeper, more rigorous, but always taking into account that a theoretical approach will be treated, since there will never be an explanation or understanding of the phenomenon studied as such. accuracy, no matter how hard it is tried, but it will be a representation; ergo, a theoretical approach.

Keywords: Theoretical approach, doctoral research, knowledge, rigor, new researcher.

Resumo

A geração de teorias nas ciências sociais a partir da pesquisa de doutorado é um dos objetivos de um novo pesquisador. No entanto, essa não é a única tarefa, pois trata-se de construir um conhecimento novo e inédito sobre o fenômeno ao qual o pesquisador se aproxima. A partir dessa abordagem, com esse tipo de pesquisa, você também pode contrastar teorias, falsificá-las, refutá-las ou testá-las em contextos específicos de pesquisa. Agora, no que diz respeito ao desenvolvimento de teorias, deve-se notar que existem graus de teorização e na medida em que as informações coletadas serão sistematizados, organizado e estruturado notação será uma abordagem teórica. O presente estudo de natureza teórica, busca investigar as precisões conceituais e procedimentais para a proposição de abordagens teóricas no marco da pesquisa qualitativa, de grande tradição nas ciências sociais. A revisão nos permitiu investigar o fato de que a purificação de informações através de um critério de agrupamento já constitui um primeiro nível de teorização. A partir deste fato e sucessivamente os níveis de teorização estão se tornando cada vez mais profundos, mais rigorosos, mas sempre levando em conta que uma abordagem teórica será tratada, uma vez que nunca haverá uma explicação ou compreensão do fenômeno estudado como tal. precisão, não importa o quanto seja tentada, mas será uma representação; ergo, uma abordagem teórica.

Palavras chave: Abordagem teórica, pesquisa de doutorado, conhecimento, rigor, novo pesquisador.


1. Introducción

La generación del conocimiento en las ciencias sociales, como también ocurre en las demás ciencias, es una labor que tiene gran valor y mucho mérito, sobre todo para quienes, como investigadores noveles, se encuentran en su proceso de formación doctoral. Ocurre que, muchas veces, en el proceso de evaluación de dichos actos investigativos, hay intelectuales que son designados como integrantes de un jurado o de un tribunal de tesis doctoral que cuestionan oponen en entredicho per auctoritatem juris la construcción del conocimiento inédito presentado por quienes se encuentran en el desarrollo de la tesis doctoral. Ahora, sucede que se ha trascendido en la dubitación de otras estructuras relacionadas con la construcción del conocimiento y se plantea, entonces, la necesidad de justificar, mediante la apoyatura de una fuente experta, la denominación de aproximación teórica. Ello suele deberse, quizá (lo pongo en posibilidad o en forma potencial) a que su criterio valorativo se sustenta, presuntivamente, en confusiones y posicionamientos erróneos, producto de la pluralidad de fundamentos tanto ontológicos, como epistemológicos y metodológicos.

La construcción de una teoría ha de ser comprendida como respuesta a un proceso progresivo, riguroso, cuya realización se da en grados o niveles de teorización. Asimismo, ha de entenderse que pueden surgir teorizaciones parciales o reducciones aproximativasa teorías subyacentes. Ex illo tempore las teorías, hoy convertidas en leyes, fueron prima facie aproximaciones teóricas. De modo que, desde la organización que se ha de hacer de la información recolectada (en un proceso reductivo), bajo la lógica de un experimento, se propenderá, desde la disquisición y hermenéutica, a la aproximación teórica. Estos procesos estarán apoyados en relatos muestra o muestreo teórico. Esta actividad se valora, se entiende, se revela como una teorización en un determinado grado o nivel. Y, en esa orientación, como sostienen Glasser y Strauss (1967): “La teoría generada, así descubierta, entonces podrá combinar principalmente conceptos e hipótesis que han emergido de los datos con algunos ya existentes que son claramente útiles” (p. 2).

Tal presupuesto concita a intelectuales, eruditos, científicos e investigadores noveles en que la generación de una teoría no lo será en grado de perfección máxima; ergo, se trata de una aproximación teórica, que representa y significa de manera parcial el fenómeno estudiado. Por tanto, como aproximación es un acercamiento y como acercamiento no será fidedigna, fehaciente e irrefutable la representación, la explicación o la comprensión que se haya hecho del fenómeno por parte del investigador. En este discurrir se indaga en la filosofía de la ciencia y también en la teoría de la investigación en las ciencias sociales, con el fin de establecer precisiones conceptuales de las relaciones interteóricas, así como en los procedimientos de aproximaciones teóricas en el marco de las teorías sustantivas y en general de las investigaciones cualitativas.

2. Precisiones conceptuales

Cada día se están proponiendo más interrogantes tendientes a encontrar argumentos justificativos sobre diferentes aspectos en la construcción del conocimiento. Quizá se trata de desconocimiento de procesos investigativos, ingenuidad o quizá, simplemente, dubitación sobre la forma en que los investigadores noveles han alcanzado la elaboración de un determinado saber. De modo que, para salvar esas dudas o preocupación cognitiva de los intelectuales versados, estos inquieren un fundamento teórico que valide lo realizado; es requerir, por decirlo así, una demostración de que, con anterioridad ya se ha hecho, por parte de otros investigadores experimentados, un aporte sobre tal parte del cognomento.

Quizá, también, por cierta formación que está centrada en que la verdad de los hechos y de los fenómenos ha de ser comprobada. Se acude, entonces, al experimento, a la comprobación a la justificación, procesos muy ínsitos al arquetipo positivista; se hace así el trasunto para otras investigaciones no experimentales y ello conduce a la generación de dudas en algunos integrantes de la comunidad científica. Una de esas tantas dubitaciones es: ¿Por qué se proponen aproximaciones teóricas en las investigaciones de carácter social?

A los efectos pedagógicos, antes de propiciar una respuesta, haré un intento por desbrozar la locución expuesta: aproximación teórica. En función del desarrollo eidético, debo, entonces, iniciar por describir y significar qué denota el vocablo aproximación; luego profundizaré sobre el término teórico y, por último, estableceré una relación respecto de la locución aproximación teórica.

Así las cosas, vinculado con este propósito, debo afirmar que en torno al vocablo aproximación, hay variadas posibilidades definicionales. Con el propósito de dilucidar este primer elemento, inicio por señalar, con apoyo en la Real Academia Española (2017), que la palabra aproximación es remitida a su vocablo originario que es aproximar. Y, en su segunda acepción, está definida así: “Aproximar deriva de próximo [y significa] obtener un resultado tan cercano al exacto como sea necesario para alcanzar un propósito determinado”; por tanto, en cuanto es un acercamiento, implica ponerse lo más contiguo posible a un objeto, a una idea, a un pensamiento, a una representación.

Y si es estar cercano, próximo, entonces la aproximación es una contigüidad representativa, pero insuficiente, parcial e inexacta de lo que está siendo representado; sin embargo, se valora como especialmente fiel de lo que encarna o representa como para ser útil en cuanto a la explicación o compresión de un fenómeno. Así la cosas, la aproximación tiene como contenido implícito la realización de un proceso sencillo (pudiera decirse simplificado) de comparación permanente en la interacción entre la teoría y las mediciones empíricas, que conduce a realizar predicciones con fundamento en el método científico. Y en función de las mediciones, su referencialidad se fundamenta, como señala Fernández Sanz (1998), en la teoría representacional de la medición: “La validez de la medición en cualquier disciplina técnica o científica se basa en el respeto a los principios de la teoría general de la medición (en concreto, nos apoyaremos en la llamada teoría representacional de la medición)” (p. 1).

Se ha de partir de la razón que funda la teoría representacional antes de llegar a la interpretación de lo que se puede entender por aproximación en el desarrollo de un constructo fundado en una investigación. De tal manera que, en principio, respecto de la representatividad, se aviene pertinente lo expresado por Vázquez Miranda (2015: 1): “El fundamento de la teoría representacional consiste en que toda medición debe asegurar una adecuada representación del atributo real medido mediante los símbolos o números asignados”. Esencialmente, como lo manifiestan Ginnobili, Destéfano, Haimovici, Narvaja y Perot (2016: 282), “Las teorías proponen nuevos conceptos para explicar el comportamiento de las entidades que caerían bajo conceptos disponibles con anterioridad”. En este posicionamiento teórico “presuntivamente” y, en mi criterio, es en el que pudiera tenerse el anclaje cognitivo y conceptual, en cuanto a requerir una argumentación que ha de proveerse en cualquier estado y grado de la construcción de un conocimiento traducido en una tesis doctoral.

Se debe tener en cuenta que muchas teorías a través del tiempo fueron consideradas como verdaderas, pero que, en un principio, nacieron como aproximaciones. Así se encuentra que, según Chapra y Canale (2010: 52), “el modelo obtenido mediante la segunda ley de Newton es una aproximación excelente”. Por tanto, una aproximación es una primera explicación, desde la contemplación (en cuanto se trata de la filosofía de la ciencia)que otorga una persona a la realidad que observa, escudriña, indaga. Y sobre la aproximación, específicamente, respecto de la ciencia, cuyo avance a tener una teoría de la investigación, se requiere argumentaciones. Por ello, es pertinente indicar con García Jiménez (2007) lo que sigue:

Sobre la aproximación conceptual a la ciencia, se ha mantenido […] la necesidad de superar la perspectiva positivista que definía el conocimiento científico únicamente como el que es sometido a una rigurosa comprobación experimental, dado que se apunta, sin caer en una simplificación excesiva, que un enunciado científico también es aquel que es sistemático, metódico, racional, coherente y que está ordenado en función de un principio que le confiere una importante cohesión interna. (p. 1)

Así, es necesario trascender los criterios del pensamiento positivista para afrontar nuevas formas explicativas de la realidad y poder, entonces, comprender y valorar, que sí se pueden realizar aproximaciones teóricas en las ciencias, sobre todo en las ciencias sociales, a partir de las investigaciones que se realicen. Este criterio facultativo se sustenta en lo que señala González Monrey (2015: 2): “[Se tiene a] Karl Popper (filósofo, epistemólogo y liberal)[como quien] ha desarrollado la tesis [de] que en las ciencias sociales no se puede hablar de leyes, solo de tendencias”. Eso implica, inconcusamente, que ha de transitarse por aproximaciones teóricas, no por leyes; puesto que, así pareciera, las leyes no son muy posibles de ser generadas en lo social, porque se comparte con seres humanos cuya relación en sociedad no es sencilla de ser explicada mediante una ley.

Así las cosas, es prioritario para el investigador de las ciencias sociales plantearse un propósito de teorización aproximativa, puesto que no se va a alcanzar la formulación de una ley adjetiva científica, entendida esta como la explicación que se otorga a un fenómeno determinado. O como señala Gómez Grijalva (2011:1): “Una ley científica es una proposición científica que afirma una relación constante entre dos o más variables, cada una de las cuales representa (al menos parcial e indirectamente) una propiedad de sistemas concretos”. Se deriva, entonces, que una aproximación teórica no es una ley científica; peroes necesario significar que una ley científica, en un principio, pudo haber sido una aproximación teórica, y que una vez fue comprobada, justificada o validada, dejó de ser tal aproximación y se convirtió en ley científica.

En este sentido, es pertinente tener presente el planteamiento de Noriega Doig (2016), quien afirma que:

Todo conocimiento es hipotético, conjetural y la verdadera teoría del conocimiento consiste en el examen crítico de las teorías: por ello, “la verdad no es el único objetivo de la ciencia”, sino la “verdad interesante”, aquella que viene a ser explicación y respuesta a nuestros problemas. (p. 3)

Así las cosas, cuando en las ciencias sociales se hace investigación se busca, en principio, dar respuesta a un interrogante, a un vacío del conocimiento, a una discrepancia, a una incongruencia. Y esa respuesta puede traducirse en explicación, comprensión, construcción, reconstrucción, transformación del objeto de estudio problematizado; del fenómeno puesto como entidad de análisis. Ese acto responsivo, indistintamente, sea cual sea la condición, se convierte en una aproximación, puesto que será otorgada desde una posición del investigador; ergo, no representará, lógico razonamiento, de manera perfecta el objeto que está siendo estudiado. De allí que respecto del mismo objeto de estudio se extiendan otras opciones de respuestas de parte de otros investigadores; incluso, el propio investigador que dio una primera aproximación explicativa o comprensiva, puede tener una variación en su razonamiento ante un nuevo análisis.

Entonces, se ratifica que en el contexto científico comúnmente se realiza una aproximación cuando el objeto de estudio no podrá ser totalmente explicado, comprendido, y quedarán, por el contrario, muchos interrogantes que han de ser resueltos con nuevas investigaciones hasta alcanzar la representación mucho más real y significativa sobre dicho objeto de estudio.

3. La aproximación teórica en las investigaciones doctorales

De retorno a la filosofía de la ciencia, se puede establecer que en todas las actividades indagatorias se realizan aproximaciones. Bunge (1972), desde el realismo crítico plantea en su filosofía de la física que: “Las cosas en sí son cognoscibles, si bien parcialmente y por aproximaciones sucesivas, antes que exhaustivamente y de un solo plumazo” (p. 262). Por supuesto, habría que precisar que tales aproximaciones se deben a que en plurales ocasiones el investigador que se acerca a un objeto de estudio se encuentra con restricciones o condiciones de carácter epistemológico que le impiden tener un conocimiento exacto, preciso y total de dicho objeto.

En esta misma dirección, Zuluaga Suárez (2012), ha indicado que solo es aproximativo este acercamiento a la realidad debido a las limitaciones de orden epistémico con que se encuentra el investigador. De ahí que el saber científico sea progresivo y sometido a revisión permanente. Una sucesión de etapas en las que se superan errores es la que presenta la historia de la ciencia, entendida como proceso dialéctico. (p. 31)

Se destaca el criterio del autor en cuanto a la aproximación que se hace en el acercamiento a un objeto de estudio; ergo, la realidad que ha de ser indagada, investigada. Pero, inexcusablemente, debe afirmarse y clarificar que, por el hecho de valorarse la explicación como aproximación, no habrá de entenderse como construcciones solo de talante especulativo, sino que tales aproximaciones han de tener como apoyatura las argumentaciones correspondientes para que verdaderamente sean aproximaciones teóricas. No obstante, no se han de desconocer restricciones que vedan o entorpecen un acercamiento fidedigno, exacto o perfecto al objeto de estudio para su explicación o comprensión.

Tal inexactitud es comprensible que ocurra debido a que todo investigador novel, incluso experto, va a tener puntos impeditivos para acercarse de forma total, perfecta y precisa a la realidad que observa, para la construcción de la episteme sobre ella. Como corolario de esos impedimentos, se ha de valorar, lo dicho por Zuluaga Hernández:

El conocimiento científico es provisional y progresivo, en vista de que son modificados continuamente los resultados obtenidos en las investigaciones en tanto que se perfeccionan los métodos y la instrumentación. Se genera, entonces, la visión dinámica de la ciencia, pues se halla en continuo crecimiento y desarrollo. Tal proceso dialéctico excluye todo juicio o aseveración superada o que no coincide con la estructura teórica general. (p. 32)

Lo expuesto se asume como razón de peso para ratificar que no se ha de alcanzar una ley científica inmodificable, consistente, veraz dentro del campo de las ciencias sociales; por cuanto la provisionalidad y la modificabilidad son características basilares del conocimiento. De ahí que se concreten verdades provisionales en función de los resultados y del proceso disquisitivo y hermenéutico con apoyo fundante en toda la información recabada. Y este aserto, por supuesto, tiene trascendencia en toda actividad investigativa, puesto que la función de la filosofía de la ciencia es esencialmente interpretativa. Así lo afirma Moulines (citado por Zuluaga Suárez 2012: 34):“Una de las tareas de la filosofía de la ciencia es el análisis y reconstrucción de las teorías científicas y, ese análisis no es una tarea descriptivo-normativa sino interpretativa”. Y es que cuando se realizan investigaciones se está haciendo uso de los criterios de la filosofía de la ciencia, pero también de la teoría de la investigación para otorgar la rigurosidad a dicha indagatoria. Y es necesario esta orientación pues como afirma Erazo Jiménez (2011):

En Ciencias Sociales, este proceso de revisión se hace más complejo, por el cuestionamiento que se ha hecho a la existencia de una realidad social y humana, objetivable y medible a través de los instrumentos y técnicas de análisis cuantitativos paramétricos o no paramétricas. (p. 1)

Y cuando se trata de valorar, desde el ámbito de las ciencias físicas o naturales, el criterio de rigor se fundamenta en lo que en el contexto académico se denomina como postulados de la ciencia positiva. Y por ello, muchas veces los investigadores y los teóricos pareciera que no concilian con la denominación de aproximación, porque se rigen fundamentalmente por un criterio de validez de los resultados. Un criterio que, como refieren Kirk y Miller (citados por Erazo Jiménez, 2011: 1), apunta a establecer “‘si el investigador ve lo que piensa que ve’, entendido este ‘ver’ como un acto de objetivación mediado por la aplicación del método, que regularía la necesaria distancia entre objeto investigado y sujeto investigador”.

Por ello, la aproximación, como elaboración teórica, no es utilizada en las ciencias exactas a un nivel investigativo experimentado, por considerar que existe pérdida valiosa de información y por considerarla un constructo inexacto. Tal como lo señalan Hernández, Fernández y Sampieri (2010) en relación con los enfoques de investigación: “Ambos enfoques resultan muy valiosos y han realizado notables aportaciones al avance del conocimiento. Ninguno es intrínsecamente mejor que el otro, solo constituyen diferentes aproximaciones al estudio de un fenómeno” (p. 16).

No obstante, en las ciencias sociales tanto los criterios de rigor como los procesos de teorización se establecen diferencia claramente; ello se debe a las características especiales de la investigación en las ciencias sociales, que apuntan a un proceso de organización, sistematización, elicitación de los procedimientos investigativos, así como a la actividad disquisitva y hermenéutica de la información de un modo diferente, pudiera decirse incomparable con otras posiciones o paradigmas investigativos.

Mutatis mutandis la aproximación se asemeja al sistema de redondeo de números decimales por exceso y por defecto que se utiliza en las aproximaciones numéricas. Estas a veces son un efecto del uso de una cantidad pequeña de dígitos significativos. Ahora bien, inconcusamente hay que afirmar que ni siquiera en los números puede establecerse con exactitud las cifras a partir de cálculos que se hagan; entonces, menos aún se logrará hacer en las ciencias sociales, puesto que no se podrá explicar o comprender con exactitud y precisión el fenómeno social estudiado. Ergo, el resultado teórico será siempre aproximativo, nunca exacto y fiel representación del fenómeno.

Al respecto, Prats Cuevas (s.f.) indica que “El conocimiento como resultado es discutible y sujeto a crítica dado que no tenemos pruebas irrefutables de que se adapte con plena exactitud a la realidad” (p. 4). Y tal planteamiento tiene particular arraigo, porque como refiere el mismo Prats Cuevas:

…tales ciencias […] no pueden producir este tipo de conocimientos [exacto, formalizado, completo y eficiente] y no [lo pueden hacer porque no] han conseguido tal grado de perfección metodológica para producir resultados exactos y totalmente objetivos. […] La calificación de científico de un determinado conocimiento no viene dada por la exactitud e inapelabilidad del resultado finalmente conseguido, sino por el camino que se ha trazado para fabricarlo, es decir por la aplicación de un método: el método científico. (pp. 9-10)

Ello es así porque en lo que concierne al fenómeno social (en esa relación sujeto cognoscente/objeto que habrá de conocer), su acercamiento se funda en opiniones de personas o en observaciones personales del propio investigador. Y, lógicamente, habrá elaboración de explicaciones aproximativas o comprensiones aproximativas del objeto de estudio, pues, aun cuando estudien, analicen, valoren incluso con la mayor objetividad el fenómeno en cuestión que está siendo inquirido, siempre será una aproximación teórica. Por tanto, debe comprenderse, como sostiene Ramírez Ochoa (2008), que “Las ciencias sociales son en realidad, las ciencias que tratan con mayor objetividad la composición de los fenómenos sociales” (p. 1). Y así también lo sostiene Hayek (en Ramírez Ochoa, 2008):

Los hechos de las ciencias sociales son meramente las opiniones de la gente cuyas acciones estudiamos. (…) creencias que, como tales, son nuestros datos, independientemente de que sean verdaderas o falsas y, lo que, es más, no podemos observarlas directamente dentro de la mente de los individuos, sino que hemos de identificarlas a partir de lo que ellos hacen y dicen, merced a que tenemos una mente similar a la suya. (p. 1)

Desde esta elicitación, emerge la idea de que en las ciencias sociales todo el proceso de explicación-comprensiva o comprensión-explicativa del fenómeno social, solo alcanzará un estatus aproximativo. Nunca será definitorio o conclusivo. Se parte del hecho cierto de que, si bien es ciencia humana o ciencia social, no es neutral, aun cuando no elabore o produzca un conocimiento exacto; no obstante, sí se ha de considerar que sobre la base de sustentar la construcción del conocimiento en opiniones o en observaciones falibles e indirectas, hay el desprendimiento de la subjetividad para alcanzar un grado de objetividad y un grado más elevado de teorización aproximativa.

En relación con ello, Prats Cuevas (s.f.) sostiene que No existe ciencia neutral en la que no intervengan los valores, pero los seres humanos pueden instaurar racionalmente un proceso cognoscitivo que conduzca a la objetividad por el camino de la progresiva aproximación entre el objeto en sí mismo considerado y el conocimiento que vamos alcanzando sobre él mediante un método (conjunto de normas y procedimientos). (p. 14)

En este proceso relacional (sujeto cognoscente/objeto en el que se habrá de comprender, transformar, reconstruir o explicar dicha entidad) se establece una conjunción, un vínculo con las opiniones de quienes están en contacto permanente con el objeto de estudio. Ese ligamen le permitirá a quien investiga construir conocimiento científico sobre él, a través de la utilización de alguna de las opciones de realización del método científico: inductivismo, deductivismo, instrospectivismo. Incluso, puede apoyarse en los otros métodos de razonamiento y resolución de problemas: el método analítico, el método sintético y el método analógico, que lo conducirá a hacer ciencia. Su ubicación puede estar en uno de los tres paradigmas epistémicos, enunciados por Padrón Guillén (1992), que son: empírico/analítico; crítico/interpretativo-sociohistórico y el racionalista/crítico.

Bunge (2002: 12) señala que la ciencia es “un sistema de ideas establecidas provisionalmente (conocimiento científico) y […] una actividad productora de nuevas ideas (investigación científica)” (p. 12). Quiero hacer énfasis en la provisionalidad, pues todo conocimiento generado, en principio, tiene carácter transitorio; ello en razón de que lo que otorga como explicación, en un momento preciso, dada la fugacidad tempórea, no será válido para otra situación que ocurra en instantes posteriores. Se asume la expresión de Heráclito (en Gilbert Barberà 2012: 103):“ὅτι πάντα χωρεῖ καὶ οὐδὲν μένει καὶ ποταμοῦ ῥοῆι ἀπεικάζων τὰ ὄντα λέγει ὡς δὶς ἐς τὸν αὐτὸν ποταμὸν οὐκ ἂν ἐμβαίης” .De lo expuesto se establece que no ha de darse, en principio, conocimientos duraderos.

Puesto que nada es permanente en el tiempo, los resultados convertidos en conocimiento tienen un carácter provisorio y sus constructos serán aproximaciones. Y se consideran aproximaciones teóricas, en cuanto elaboraciones teoréticas que constituyen, como las denomina Bunge (2002: 20), “un conjunto ordenado de proposiciones”. Proposiciones que son teorías y dichas teorías, son, en palabras del mismo Bunge (2002: 23) “síntesis conceptuales”. Así, se parte de hechos que permitan explicar el fenómeno estudiado y se pueden generar diferentes niveles de teorización, fundadas en el alcance que el investigador puede definir según la transformación que haya desarrollado respecto de la elicitación del objeto de estudio. Y ello es comprensible, porque es importante entender, de acuerdo con la apreciación de Bunge (2002), que Ninguno [de los investigadores] aprehende su objeto [de estudio] tal como es, sino tal como queda modificado por sus propias operaciones; sin embargo, en todos los casos, tales cambios son objetivos, y se presume que pueden entenderse en términos de leyes: no son conjurados (manipulados o planeados) arbitrariamente por el experimentador. (p. 22)

De acuerdo con lo expuesto, y dado que, si el investigador no puede aprehender el objeto en su esencia, se produce un grado de des-objetivación y se subsume en una visión subjetivada. Así las cosas, toda elaboración explicativa o comprensiva será indefectibemente una aproximación de carácter teórico.

4. El proceso de teorización: un acto aproximativo

Se parte del planteamiento que realizan Díez y Moulines (1997) desde una perspectiva conceptual semántica. En este sentido, señalan que “Presentar una teoría no es presentar una clase de axiomas, las teorías no se identifican metateóricamente con conjuntos de enunciados; presentar una teoría es presentar una clase de modelos, las teorías se identifican metateóricamente como conjuntos de modelos”. (p. 328). Este planteamiento es fundante para indicar que, en principio, en las ciencias sociales, cuando se ha de incorporar la concepción de teoría, se ha de entender que es mucho más profundo y complejo el haz de realización y elaboración. Y mucha mayor su profundidad y complejidad cuando se trata de modelos teóricos. Construcciones estas que no han de ser confundidas, o mejor, valoradas o entendidas, como propuestas de transformación de la realidad o de posibilidad de soluciones a vacíos del cognomento.

Distinto es cuando se plantea la denominación de teoría desde una concepción sintáctica, pues en función de esa nocionalidad se precisa que las teorías se valoran, según Díez y Moulines (1997: 328) “como conjuntos de enunciados [centrados] en los aspectos lingüísticos, [lo cual resulta] claramente insatisfactorio”. De este modo, un investigador ha de visionar de manera distinta la relación constructiva de la teoría para fundamentarse en las relaciones interteóricas.

En este tipo de relaciones se establecen otras tipologías tales como la teorización, la reducción y la equivalencia que, en principio, han adquirido un carácter global, pero que, además, de manera especial tienen mucha más relevancia epistémica en los procesos de generación de teorías. Ahora bien, se ahondará, esencialmente, con apoyo de Díez y Moulines (1997) en las relaciones interteóricas teorización y reducción, por considerar que en su contenido se incorpora este norte eidético: en la primera relación interteórica denominada: teorización, se incluye la teorización parcial; mientras que en la relación interteórica denominada reducción, se encuentra la expresión reducción aproximativa. Tales denotaciones conducen a comprender el punto focal de este ensayo: la aproximación teórica en las ciencias sociales: razón y esencia.

Una perspectiva fundante, en este sentido, es la visión de Ludwing (en Moulines, 2011): “La idea de aproximación es una parte esencial e irreductible de toda teoría física verdadera: propugna una visión ‘aproximativa’ del conocimiento científico, que será retomada en concepciones modelísticas posteriores” (p. 123). Si bien en la expresión dada se visualiza que la idea aproximativa ha sido adscrita a las ciencias físicas, específicamente en la física, no se desdeña su incorporación en las ciencias sociales, puesto que como refiere Asencio Cabot (2014: 556), hay “autores [que] mantienen su aceptación por dicho término [la aproximación] y han logrado en sus definiciones una aproximación coherente con la concepción actual de ciencia, en un sentido estratégico y desde una perspectiva holística”. De modo que se aviene la necesidad de interpretar su incorporación en el desarrollo de investigaciones en las ciencias sociales.

Ahora bien, es muy oportuno incorporarse en la comprensión que en varios autores que han ido desarrollando estos procesos aproximativos en la ciencia, tiene este objeto conceptual denominado aproximación. Al respecto, Moulines (2011) sostiene que Al igual que en Suppe, el instrumento conceptual de la idealización o la aproximación tiene un papel esencial en la concepción de Giere acerca de la relación entre los modelos teóricos y la realidad que se supone representan. Por supuesto, si no estamos satisfechos con el grado de aproximación y/o de idealización constatado en la relación entre el sistema estudiado y el modelo propuesto, podemos cambiar de modelo, y construir otro tomando en cuenta algunos aspectos del sistema real que antes fueron ignorados y que nos conducen a grados de aproximación más adecuados.(p. 132)

Se plantea en lo expuesto el problema de la representación. Como toda representación es básica o netamente una aproximación a ese objeto que intenta representar, cada representación que se homologa con aproximación (por no ser totalmente fiel la representatividad) puede ser cuestionada, interrogada, falsada y, en función de ello, generar una nueva representación, una nueva aproximación, que siempre será imperfecta, por el grado de subjetividad que le asiste.

En esta perspectiva, Frigg y Nguyen (2016) plantean que “Not all representations are of the same kind, not even if we restrict our attention to scientific representations (assuming they are found to be relevantly different to non-scientific epistemic representations)” (p. 1). Esto se vincula con lo que se ha denominado el problema de la representación científica. Y ese problema, valorado como primer problema, se relaciona con la necesidad de determinar qué convierte a algo en una representación científica de otra cosa. Esto es, se ha de tener profundizar, vale señalar, comprender, reconocer (el εἰδέναι ) cuál es el aspecto fundante que hace que una cosa sea realmente una representación indiscutiblemente científica de otra. Es buscar la esencia, la οὐσία, o laessentia de representatividad de una cosa en otra de modo que, filosóficamente, puede entenderse como la presencia de la ausencia, pero de modo desemejante. Vale decir: cuando una cosa representa a otra, es porque está, en cierto modo, personalizando la ausencia del otro, pero, por supuesto, con un talante diferente, pues nunca, como representación, será igual.

Es menester, entonces, exponer la idea que, respecto de lo que se ha denominado representación, se ha desarrollado en el tiempo. En ese criterio, Bettetini (1984) sostiene:

La representación se instituye para una acción de suplencia, pero termina por producir ‘tipos ideales’ que vuelven y se repiten en manifestaciones distintas hasta el infinito. (…) Por tanto, la representación es un sustituto, pero es también algo que se añade a una presencia diferida en el tiempo o en el espacio, algo que la integra: una presencia que se acumula, una plenitud que se añade a otra plenitud. (p. 20)

De lo expuesto, se pueden establecer dos elementos concretos: (a) la representación sirve de fundamento para causar otras visiones o ideas a partir de una cosa, que puede ser reproducida de modo diferente, pero que, lógicamente, tiene un carácter supletorio, no identitario; (b) existe conexidad entre representación y aproximación, de modo tal que se hace el tránsito no solo lingüístico, sino epistémico de la representación a la aproximación.

Y de forma ulterior de la aproximación llana, sencilla, a la aproximación teórica.

La aproximación, como ya se ha mencionado, se interpreta, se entiende como ese resultado muy contiguo, próximo o cercano a la exactitud, cuanto sea necesario y pertinente para un propósito determinado. Ahora bien, cuando se trata de la aproximación teórica, se traduce en un proceso de teorización. Un proceso que ha de realizarse progresivamente. Dicha actividad teorizante se funda en aproximaciones consecutivas, graduales, que se van construyendo en el trabajo del investigador o el teorizador. Es necesario interpretar que cuando se haya de generar una teoría, esta, en principio, no es más que una aproximación, pero que debe ser de tanta calidad que ha de superar la anterior. En esta perspectiva, se aviene como pertinente la aportación de Popper (en Rivadulla, s.f.) quien precisó que

En todos aquellos casos en que su [teoría] predecesora era aplicable, la nueva teoría debe producir resultados por lo menos tan buenos como los de la anterior, y, de ser posible, aún mejores. Así pues, en estos casos la teoría precedente debe aparecer como una buena aproximación a la nueva teoría. (p. 18)

Se funda, entonces, mediante el aserto expuesto, que sí son posibles las aproximaciones teóricas, que es contrario al pensar de muchos investigadores, sobre todo en las ciencias sociales, quienes se expresan dubitativos en este proceso. Ha habido divergencias, disensos respecto de este criterio, pero en función de los postulados del realismo crítico impulsado sobre por Bunge (2002):

Las cosas en sí son cognoscibles, si bien parcialmente y por aproximaciones sucesivas, antes que exhaustivamente y de una vez. El conocimiento de una cosa en sí se alcanza conjuntamente mediante la teoría y el experimento, ninguno de los cuales puede pronunciar veredictos finales sobre nada. (p. 261)

La aproximación teórica, por tanto, se vincula con una relatividad conceptual, con una provisionalidad de la verdad que se construye. Como asevera Rivadulla (s.f.) respecto de esta visión relativa conceptual:

La relatividad conceptual en la comprensión del universo, la ausencia de un marco de referencia absoluto, destruye la afirmación de que los puntos de vista científicos se corresponden con la realidad, y de que conseguirán siempre, o al menos podrán, aproximarse a esta correspondencia (la aproximación requiere convergencia). (p. 30)

Las reglas de correspondencia, en principio, fueron presentadas bajo una perspectiva definicional con carácter explícito, mediante la cual se establecían las condiciones de aplicabilidad de los términos teóricos. Estos se valoran como significativos si y solo si ellos fueren definidos de forma explícita en términos del vocabulario observacional. Y los enunciados adquirirán cognitivamente significación si y solo si sus términos lógicos tienen significación. Y en cuanto a la convergencia, si se hace un vínculo con el campo matemático, se puede decir que es la propiedad que tienen ciertas sucesiones y, por tanto, son como una confluencia de varios elementos en un punto focal.

Así las cosas, en lo que respecta a la aproximación teórica urge señalar la distancia que ella establece con respecto a una teoría, constituida por un núcleo teórico y un cuerpo de aplicaciones consideradas paradigmáticas; estas, a su vez, se valoran en función de los casos que han dado origen a la teoría; y, además, son (o fueron) consideradas como un conjunto de proposiciones cerradas. Se ha de plantear, entonces, una distinción, porque como lo apunta Barbadilla (1990):

En toda teoría científica bien determinada distinguimos un elemento teórico, el cual consta de un núcleo teórico, donde están definidos los axiomas principales de la teoría, y un conjunto de aplicaciones paradigmáticas. El núcleo teórico no es refutable empíricamente porque en su formulación, expresada solo por relaciones sintácticas, no existe ningún compromiso o restricción empírica. (p. 165)

Se colige, entonces, que la construcción de una teoría científica tiene muchas implicaciones epistémicas. Por tanto, en las ciencias sociales abogamos por la aproximación teórica. Y para ello, su elaboración se ha de asumir desde un proceso de teorización que realiza el investigador social.

A modo de orientación respecto de los diferentes momentos teorizantes que tienen como elemento fundante el proceso de disquisición y hermenéutica que realiza el investigador, se pueden señalar algunas etapas o procesos para la elaboración de una teoría. Ellos son: categorización, estructuración individual y general, contrastación o comparabilidad y la teorización (aproximativa) propiamente dicha; una exposición que hace con apoyo en Martínez-Miguélez (1998).

Así las cosas, antes de desestructurar estos pasos, conviene informar acerca de la concepción sobre la teoría. Así, respecto de la teoría, Cheesman de Rueda (s.f.) indica que

Se refiere a las relaciones entre hechos o al ordenamiento de los mismos en alguna forma que tenga sentido. La teoría es un instrumento de la ciencia en el sentido siguiente: define la orientación principal de una ciencia, en cuanto indica las clases de datos que se han de abstraer; presenta un esquema de conceptos por medio del cual se sistematizan, clasifican y relacionan entre sí los fenómenos pertinentes a través de un resumen de los hechos en: a) una generalización empírica b) sistemas de generalización; predice hechos; y señala los puntos claros que hay en nuestro conocimiento. (p. 4)

Por su parte, Waltz (1976: 11) sostiene que “Una teoría nace de la conjetura y es viable si esa conjetura se confirma. Deutsch considera a las teorías de la clase “si/entonces”como “teorías especiales”, que “más tarde pueden ser incluidas en una gran teoría”.

En lo singular, para determinar los pasos para generar una teoría en determinado nivel, que a los efectos de este discurrir hemos denominado aproximación teórica, se parte de la propuesta de Martínez Miguélez (1998) fundada en una acción de categorización o actividad categorizadora. Su propuesta de esta fase de proponer categorías se determina en que se corresponde con:(a) una clasificación de las partes en relación con el todo; (b) describir clases significativas; (c) diseñar, rediseñar, integrar, reintegrar el todo y las partes en función de la revisión de los datos; (d) expresar en un código claro e inequívoco (categoría descriptiva).

Con base en esa acción ideada por el autor citado, a través de un proceso intelectivo se van configurando las relaciones que parten desde la información (incidentes sociales) hasta alcanzar otros niveles o grado teóricos. Por demás está referir que esa configuración tiene que fundarse en el análisis de toda la información obtenida, por el investigador desde el principio de la investigación. Luego, se eleva el nivel teorizante y se relacionan esos incidentes sociales con las propiedades de las categorías. En ese proceso se va construyendo, deconstruyendo y re-construyendo la teoría que se formula, a partir de interrogar, discutir, escudriñar la información.

Así las cosas, en relación con el proceso de teorización se aviene la conveniencia de hacer precisiones respecto de lo que se ha de concebir como el procedimiento constructivo denominado teorización. A los efectos, se tomará como apoyatura fundante el criterio de Strauss y Corbin (2002) quienes indican:

  1. “Teorizar es el acto de construir a partir de los datos, un esquema explicativo que de manera sistemática integre varios conceptos por medio de oraciones que indiquen relaciones” (p. 28).
  2. “El valor de los marcos teóricos es que pueden proveer conocimientos o perspectivas sobre un fenómeno al tiempo que ayudan a generar preguntas teóricas” (p. 27).
  3. “Una (…) concepción errada es que con solo aplicar un concepto o teoría a los datos propios ya se están teorizando” (p. 27).
  4. “Las teorías se construyen, varían en su naturaleza y no son iguales. Independientemente de cómo se construyan, cada una es única” (p. 27).
  5. Teorizar, entonces, es un proceso mediante el cual se construyen teorías que son adecuadas y aptas para comprender o explicar la realidad descrita y conceptuada.

Con esta elicitación se ha de valorar que teorizar implica una actividad intelectiva que requiere profundidad, acuciosidad y mucha creatividad para comprender, interpretar la información que ha sido recolectada y así alcanzar una aproximación teórica en las ciencias sociales.

5. Procedimiento para alcanzar una aproximación teórica
Traducido todo el proceso de las relaciones interteóricas, así como entender las implicaciones del proceso de teorización, propongo el siguiente procedimiento:
1. Unidad temática o unidades temáticas: estas, en un mínimo de dos,pueden ser construidas de modo apriorístico; id est, formuladas antes del proceso recopilatorio de la información. Por supuesto, pueden ser emergentes, como resultado del acto intelectivo del investigador en la organización y sistematización de la información recolectada.
2. Categorías emergentes : varias para cada unidad temática. Habrán de ser mínimo dos.
2.1. En caso de que exista pluralidad de categorías emergentes, se pueden desagregar en subcategorías, que serán también emergentes, en las que se integran relatos , datos, informaciones relevantes, pero que corresponden a un nivel micro.
2.2. Asimismo, en esta fase teorizadora, otro proceso se puede concentrar en elevar el nivel; de modo que, cuando ha surgido una cantidad importante y considerable de categorías, entonces, se pueden formular macrocategorías que integrarán varias categorías.
2.3. Las categorías, como señalan Rodríguez, Gil y García (1999: 155), “deben ser homogéneas”, lo cual significa que la relación lógica entre el relato, las demás categorías y la unidad temática debe ser uniforme, equilibrada y coherente.
3. Conceptos emergentes a partir de las categorías. Si construyen, a partir de estas, macro categorías, consecuencialmente, han de elaborarse macro conceptos emergentes, que integrarán, a su vez, los conceptos emergentes que se han construido para las categorías.
4. Concepto emergente abarcador. Es la elaboración teórica que realiza el investigador mediante la cual le otorga significación globalizadora y de mayor profundidad y alcance con la integración de distintos conceptos emergentes.
5. Aproximación a un constructo (aproximación teórica). Constituye un nivel más elevado del proceso de teorización en el cual se conjugan y unen de modo reductivo todos los niveles de teorización previos.

A continuación se presenta la diagramación de los niveles de teorización:


Fuente: Autor

Del gráfico cabe destacar lo siguiente: Las unidades temáticas serán en número como mínimo dos, pero pueden ser muchas más, lo cual dependerá del tratamiento y organización que el investigador proporcione a la información; consecuencialmente, se propondrán creativamente varias categorías (un mínimo de dos) para cada unidad temática. De ese modo se realizará el proceso disquisitivo y hermenéutico hasta alcanzar el constructo, que constituirá la aproximación teórica y cuya configuración será lo más contigua a la teoría subyacente o a la teoría reducida.

De lo expuesto es conveniente entender que en el proceso constructivo de la teoría el acto intelectivo hermenéutico del investigador es esencial; ergo, fundamental. Al respecto, Cisterna Cabrera (2005) sostiene que “Como es el investigador quien le otorga significado a los resultados de su investigación, uno de los elementos básicos a tener en cuenta es la elaboración y distinción de tópicos, a partir de los que se recoge y organiza la información” (p. 64). Este procedimiento es lo que permite que se vaya formulando una teoría, en determinado nivel, a partir de la información recabada, cuya organización es una actividad creativa del investigador. El proceso se va desarrollando en forma progresiva según sea la experticia del investigador; a ello se vincula el interés que posea por explicar, comprender o transformar de la mejor manera el fenómeno estudiado.

Ha de comprenderse, como refiere Waltz (1979) que “Una teoría, aunque relacionada con el mundo acerca del cual se desea explicación, siempre es diferente de ese mundo. ‘La realidad’ no sería congruente ni con la teoría ni con el modelo que puede representarla” (p. 17). Su significación direcciona la intencionalidad de comprender que toda teoría, en principio, es una aproximación explicativa o comprensiva. Se puede, entonces, orientar tal acercamiento a la realidad de dar una explicación comprensiva o, su inversión intelectiva, dar una comprensión explicativa, sin que sea la realidad misma. En esta idea el mismo Waltz (1979) sostiene que

Las teorías sí construyen una realidad, pero nadie puede decir que se trata de la realidad […]. Los hechos no determinan teorías; más de una teoría puede adaptarse a un conjunto de hechos. Las teorías no explican conclusivamente los hechos; nunca podemos estar seguros de que una buena teoría no será reemplazada por otra mejor. (p. 19)

Puntualización precisa que concilia con lo propositivo de este discurrir: se puede generar una aproximación teórica de manera gradual en las ciencias sociales a partir de una investigación doctoral. Además, es pertinente incluir la concisión que hace Abbagnano (en Padrón Guillén y Chacín González, 1994) respecto de las funciones de la teoría. En ese sentido, revela tres presupuestos que fundan su pensamiento y explicación respecto de la teoría:

  1. ‘Teoría’ implica la construcción de un “esquema de unificación sistemática para diferentes contenidos”; dotado de alto “grado de comprensividad”, lo cual se traduce en su universalidad, en su potencia de cobertura con respecto a los eventos singulares.
  2. ‘Teoría’ implica la definición de un “conjunto de medios de representación conceptual y simbólica” que permita transitar entre el esquema explicativo y los hechos singulares. Es decir, implica la formulación de un lenguaje caracterizado por su economía de recursos: simple, claro y eficaz.
  3. ‘Teoría’ implica la construcción de un “conjunto de reglas de inferencia que permitan la previsión de los datos de hecho”. En otras palabras, la elaboración de teorías exige definir aquellos medios por los cuales sus usuarios pueden derivar enunciados muy específicos, correlacionados con los datos de la experiencia, y parte de los enunciados generales del sistema.

6. Reflexión final

A los efectos de este discurrir, se ha de valorar la aproximación teórica como una construcción que emerge de la interrogación, análisis, interpretación o hermenéutica que hace el investigador sobre la base de la información organizada en función de distintos objetos conceptuales que permitan una explicación o una comprensión del fenómeno estudiado. La aproximación teórica parte de establecer las relaciones interteóricas que son propias de la teorización o de la reducción y que, en su proceso de elaboración, conducen a generar una teoría bien con carácter parcial (aproximación teórica que sugiero) o bien una reducción aproximativa, esencialmente en la vía del microrreduccionismo, pero que tienen como norte la construcción de una teoría.

En ese sentido, la aproximación teórica es una relatividad conceptual lograda mediante un proceso de teorización por parte del investigador a través de un acto reductivo (organización) de la información cuyo estatuto fundante es la incorporación de los relatos muestras en proposiciones constitutivas emergentes (categorías, conceptos emergentes…) configuradas de modo gradacional para un acercamiento a otra teoría de mayor profundidad (Bunge, 1985), según el nivel de elaboración, de madurez o aproximación de dicha teoría (Padrón Guillén, 2004).

Así las cosas, en todo proceso investigativo cuya intención sea la de formular una teoría (una aproximación teórica), se ha de partir de una realidad en la que suceden hechos, que están constituidos por acontecimientos, y estos, si están organizados de manera secuencial en un tiempo y en un espacio, van a concretarse en procesos que, en conjunto, cuando son observables por un investigador, se denominan fenómenos. Este sustento en hechos le va a suprimir el carácter especulativo; muchos investigadores, en efecto, consideran que cuando se trata de aspectos filosóficos ese es el talante de los enunciados proporcionados. Por el contrario, la aproximación teórica debe tener razonamientos, argumentos fundantes a partir de los hechos observados por el investigador.

Por tanto, en una investigación doctoral estos fenómenos se erigen en objetos de estudio, objetos de investigación o la realidad fundante para avanzar en el proceso de elaboración de una teoría que pueda explicar o comprender, parcialmente, esa realidad. Por ende, teoría y acción van en un proceso de construcción, reconstrucción, deconstrucción, elaboración y reelaboración, a través de un proceso reflexivo permanente, de la disquisición profunda y de la confrontación con las teorías de entrada, teorías sustantivas o teorías de servicio, según su función dentro de la investigación.


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1Nadie se baña dos veces en el mismo río.

2Giere es un defensor del realismo, mediante su visión semanticista de la filosofía de la ciencia. Para él las descripciones científicas son análogas a los colores. Utiliza como recurso analógico del uso de mapas y modelos. Los mapas representan el mundo, pero la representación que ofrecen es convencional, dada por un interés concreto, y nunca es del todo exacta ni completa.

3No todas las representaciones son del mismo tipo, ni siquiera si restringimos nuestra atención a las representaciones científicas (suponiendo que se descubra que son relevantes y diferentes a las representaciones epistémicas no científicas).

4εἰδέναι: conocer, reconocer, o, mejor, saber. Y bajo esta concepción se valora como la representación que se expresa a través de proposiciones o juicios (William James, 2011: 31).

5Las categorías en este proceso se asumen como una noción o entidad que, aunque abstracta, va a vincularse con la organización y sistematización de la información que constituye un procedimiento teórico desarrollado por el investigador, mediante el cual se explica, se comprende, se construye, se reconstruye o se transforma el fenómeno estudiado. Según Kant (1986: 69): “Las categorías son conceptos de un objeto general, por medio de los cuales la intuición de este es considerada como determinada con respecto a una de las funciones lógicas en los juicios”.

6Estos relatos han de estar identificados mediante un código que habrá de identificar el registro de origen dentro de la información (datos) organizada.

7Se aviene necesario, a los efectos de evitar tautologías en la formulación de objetivos y/o títulos de investigación, hacer la precisión respecto del vocablo constructo. Este se define como una elaboración teórica, de modo que, epistemológicamente, ha de ser tenido como un objeto conceptual, ideal o teórico. Por tanto, no ha de decirse, ni escribirse constructo teórico pues sería una tautología retórica dentro de lo discursivo.


aLicenciado en Educación y Abogado, Universidad de Los Andes – Táchira, Venezuela.
* Autor para correspondencia adriancontreras@cantv.net


Recibido: junio 02 de 2017 - Aceptado: septiembre 11 de 2017
Forma de citar: Contreras, A. (2018). Precisiones conceptuales y procedimentales acerca de la preposición de aproximaciones teóricas en las tesis doctorales. Perspectivas. 3 (1). 115-132

2590-9215© 2017 Universidad Francisco de Paula Santander. Este es un artículo bajo la licencia CCBY