a* Magister en Gerencia de Empresas , yorleyadrianamu@ufps.edu.co . ORCID: 0000-0002-9975-5205. Universidad Francisco de Paula Santander, Cúcuta, Colombia
b* Profesional en Comercio Internacional , rubydayanahd@ufps.edu.co . Universidad Francisco de Paula Santander, Cúcuta, Colombia
c* Profesional en Comercio Internacional , andreseliseocv@ufps.edu.co . Universidad Francisco de Paula Santander, Cúcuta, Colombia
Como citar: Mora Urbina, Y. A., Hurtado Delgado, R., & Contreras Villamizar, A. (2019). Conflicto, dialogo y promoción de las Coreas. Visión Internacional (Cúcuta), 2(1), 25-36. https://doi.org/10.22463/27111121.2380
© Peer review is the responsibility of the Universidad Francisco de Paula Santander.This is an article under the license CC BY-NC 4.0
*Autor para correspondencia yorleyadrianamu@ufps.edu.co(Yorley Adriana Mora-Urbina)
Recibido: Febrero 14 de 2019;
Aprovado: Junio 18 2019
Palabras claves
Conflicto Política Diálogo Promoción Paz
Resumen
En la actualidad el proceso histórico de la separación de Corea del Norte y Corea del Sur, a través del paralelo 38° se conoce como parte de un conflicto ideológico y político, sin embargo, la constante búsqueda de la reunificación y la promoción de la paz a través del diálogo en la península, lleva a analizar de manera descriptiva los antecedentes relacionados con el conflicto político e ideológico, resultado de la guerra de Corea (1950 a 1953) y su impacto en la economía internacional, hasta la actualidad. Lo anteriormente mencionado se realiza a través de un abordaje metodológico cualitativo con un enfoque descriptivo; que permite identificar uno de los hallazgos más importantes alrededor de la política de desnuclearización de Corea del Norte, el papel de Estados Unidos, China, Japón, Corea del Sur y Rusia, en los diálogos de las seis partes.
Keywords
Conflict Politics Dialogue Promotion Peace.
Abstract
At present, the historical process of the separation of North and South Korea through the 38th parallel is recognized as part of an ideological and political conflict. However, the constant search for reunification and the promotion of peace through dialogue on the peninsula leads to a descriptive analysis of the background related to the political and ideological conflict resulting from the Korean War (1950-1953) and its impact on the international economy up to the present day. The above is done through a qualitative methodological approach with a descriptive approach; which allows identifying one of the most important findings around the policy of denuclearization of North Korea, the role of the United States, China, Japan, South Korea and Russia, in the six-party dialogues.
Introducción
Parte importante de la comprensión sobre cómo se configura o se consolida la estructura social, económica y política de un país, radica en reconocer a profundidad los hechos que han acontecido en su historia, y los cuales dan forma a su contexto actual. De allí que iniciar un proceso de entendimiento sobre la división de la península
de Corea, significa identificar sus orígenes, y las disputas territoriales que han existido entre diferentes naciones por generar una influencia y dominar una zona geográfica que se vislumbra como un corredor estratégico en Asia.
Motivo por el cual el objetivo principal del artículo es analizar de manera descriptiva los antecedentes relacionados con el conflicto político e ideológico, resultado de la guerra de Corea, ocurrida en los periodos de 1950 a 1953 y su impacto en la economía internacional, hasta la actualidad.
Razón por la cual a través de un estudio metodológico cualitativo con un enfoque descriptivo, se generó la revisión de la literatura relacionada con los orígenes del conflicto, motivo por el cual en un primer momento de abordaje se presentan las causas que dieron origen a la división de la península coreana a través de una perspectiva histórica y lógica que luego se sustenta en un segundo momento a través del reconocimiento de la separación de Corea, mediante la adopción de los modelos capitalistas y comunistas de acuerdo a los intereses de potencias mundiales como Estados Unidos y la Unión Soviética, los cuales enmarcan un rol protagónico, a través de la influencia ejercida sobre las zonas Sur y Norte, divididas por el paralelo 38° y la defensa de sus ideologías, lo que daría inicio a la guerra fría. Por otra parte, un tercer momento en el que se consolida una sección sobre la forma en que las economías de Corea se han sustentado a través del tiempo. Todo esto consolidaría el apartado final del documento, el cual se suscribe a través del reconocimiento del impacto y el estado actual en materia de relaciones internacionales de ambas Coreas.
Método y tipo de investigación
El presente artículo de revisión responde a la búsqueda de 20 artículos resultado de investigación que fueron consultados en bases de datos bibliografías científicas como Redalyc, Gales, Scielo, Google Académico, Repositorio Javeriana, Dialnet entre otras. Que permiten identificar y describir el fuerte impacto generado en la economía y el comercio internacional a causa del conflicto acontecido en las coreas.
La información se plasmó en una matriz de selección con la finalidad de ser organizada, para posteriormente diseñar un mapa conceptual que redirecciona el artículo, el apartado tiene estructurado unos resultados pertinentes que responden a la colisión y conclusiones que dan respuesta a los objetivos trazados.
Inicios de una nación dividida
Según lo expuesto por Pérez y Chacón (2008), la nación de Corea remonta sus inicios al año 2.333 A. C., sin embargo, es en el año 109 A. C. Cuando comienza a tenerse un registro histórico de la península de Corea. Esta constitución de Corea como entidad política, parte de la conquista realizada por China, durante la dinastía Han. La cual controlo principalmente el norte de Corea, y mantuvo su poder sobre esta durante cuatro siglos.
Siguiendo con la idea del autor el reino de Koguryo, se consolido al norte de la península y ejerció su soberanía sobre los grupos tribales coreanos establecidos en el sur, junto a otras tribus ubicadas en la isla de Cheju, los cuales provenían de Japón y sus alrededores.
Continuando con Pérez y Chacón (2008), las tribus Han, y sus disputas internas junto a la búsqueda de China por generar una mayor influencia consolidaron un primer momento de identidad étnica, a través de la adopción de la cultura y la ideología de China, frente a la música, el arte, la ética, la religión, entre otras, las cuales forjaron una hibridación cultural junto a las tradiciones y desarrollo de los indígenas de la península.
Luego de la dinastía Han, se conocerían las dinastías Wang, la dinastía Yi, y la dinastía Qing, siendo la dinastía Qing la última dinastía China en la península. Los enfrentamientos con los mongoles, los japoneses (Shogunato Tokugawa) y los Jurchen, debilitaría la estructura imperial de los Qing.
Argumentando a Pérez y Chacón (2008), resultado de la decadencia de la dinastía Qing, Japón toma el control y transforma a Corea en una colonia japonesa (1910 – 1945). Sin embargo, como parte de la incursión militar japonesa y su participación en la segunda guerra mundial, estos terminan perdiendo el control de Corea, momento en el cual, si bien la idea era generar un proceso de unificación de la península y una adopción de una identidad sólida y consolidada, los intereses de las potencias mundiales, Estados Unidos y la Unión Soviética se ven enfrentados. Esta confrontación política deriva de la inclinación ideológica sobre la instauración de los modelos económicos capitalista y socialista. Lo que lleva a la separación de Corea alrededor del paralelo 38°, iniciativa propiciada por Estados Unidos.
Meléndez (2015), afirma que la victoria de la revolución comunista de China en 1949, intensifico la posición de la Unión Soviética (URSS), y significo su comprensión sobre la importancia de dominar por completo la península coreana, la cual había sido arrebatada a Japón en 1945 y cuyo territorio había sido repartido alrededor del paralelo 38° en lo que en la actualidad se conoce como dos Coreas, la Corea capitalista (Corea del Sur) y la Corea comunista (Corea del Norte).
Siguiendo la idea de Meléndez (2015), Kim II – Sung, gobernante de Corea del Norte, tendría una participación decisiva en el inicio de la Guerra de Corea al generar una iniciativa de unificación en la cual su idea principal era someter a Corea del Sur a su voluntad, para esto recurrió en reiteradas ocasiones al apoyo de Rusia, logrando convencer a Stalin en el año de 1950 de prestarle su apoyo. Esto terminaría afectando de manera negativa a la península, al dejarla devastada tras el conflicto militar.
Tal como lo expresa Meléndez (2015), el estallido de la Guerra se cimento en el hecho de que tanto Estados Unidos, como la Unión Soviética, retiraron en ese año sus tropas militares de la península, al asegurar que no generarían nuevos ataques por parte de Japón para reconquistar su colonia perdida. Sin embargo, el avance del ejército norcoreano hizo que Truman desplegara su defensa militar en la zona y solicitara el apoyo de las Naciones Unidas. Esta acción genero malestar en la nación norteamericana, al pensar que Moscú era el punto de operaciones centrales a través del cual se había decidido este ataque.
Control del territorio coreano, enfrentamiento ideológico y político entre naciones
Según Meléndez (2015), el periodo entre 1950 a 1953 constituyo el tiempo en que se gestó la Guerra de Corea, provocándose uno de los conflictos caracterizados por contar con la presencia y participación de varios países extranjeros en un solo territorio. Este conflicto de carácter político principalmente evidencio un enfrentamiento fuerte entre Estados Unidos y la Unión Soviética, al generar tensión en la política internacional.
Estados Unidos manifestó a través del diálogo y de un discurso con bastantes elementos orientados a hacer frente al comunismo, como se encontraba haciendo frente a un enemigo internacional. Meléndez (2015), reitera que luego de los periodos afrontados durante la segunda guerra mundial, el comunismo era visto como una ideología que necesitaba ser erradicada, sin embargo, la Unión Soviética mantenía su postura socialista. Las marcadas diferencias frente a las ideologías poderdantes de las potencias mundiales en la posguerra, dio inicios a la Guerra Fría.
La tierra de la libertad se concentró en la reconstrucción de Europa, sin embargo, sus intereses económicos hicieron que apreciaran más allá del territorio europeo, y las regiones del Pacifico, Medio Oriente, y Asia, comenzarían a cobrar importancia. En primer lugar, por su posición geoestratégica para extender alianzas comerciales y en segundo lugar, para contrarrestar y hacer frente al comunismo. De allí que la teoría de la contención promovía el mantener al comunismo lejos del territorio occidental.
El presidente Truman, jugaría un papel muy importante, al reforzar la posición capitalista y adoptar una postura crítica frente al discurso relacionado con la seguridad nacional, al abandonar en el año de 1950 su política de no intervención, manifestando que esta política había permitido el avance de la postura comunista de China, e incluso había garantizado que esta reforzara su poder militar.
La Unión Soviética por su parte, representada por Stalin, también defendía el modelo comunista, manifestando a través de su discurso el rechazo del capitalismo. Europa debía encontrar en el comunismo una forma para restaurar su poder, sin adoptar las políticas del “imperialismo occidental”.
El estallido de la Guerra de Corea bajo la tensión del enfrentamiento político e ideológico de las dos potencias mundiales, género no solo un profundo temor generalizado alrededor del mundo, sino también, un momento inicial para el avance y desarrollo tecnológico militar armamentista e incluso para los programas a escala nuclear. La península de Corea asumió el enfrentamiento en su territorio y las consecuencias que la guerra trajo consigo, “lo que las potencias no querían enfrentar en nombre propio y en sus territorios” (Meléndez, 2015, p. 211).
Adoptando la postura del anticomunismo, Estados Unidos genero un llamado para hacer frente a la situación percibida en Corea, en un primer momento esta convocatoria se dirigió hacia Europa, Mora (2016), señala que fueron varios los países que aceptaron prestar su apoyo, como un agradecimiento a la ayuda prestada por Estados Unidos durante la segunda guerra mundial. La búsqueda del apoyo latinoamericano se reiteraría a través de la mención del Tratado de Rio o Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), a través del cual se convocaba a las naciones de América para defender el territorio americano de posibles amenazas.
Apoyar a los norteamericanos, significaba para las naciones del tercer mundo establecer alianzas diplomáticas y fortalecer su economía, debido al llamado realizado por las Naciones Unidas que manifestaba la urgencia de recibir cualquier tipo de apoyo. Sin embargo, también implicaba comprender que, si bien naciones como Argentina o Chile demostraban su apoyo ante lo manifestado por Estados Unidos, no se encontraban en la posición de asumir el gasto económico que esto representaba.
Frente a esta situación Colombia, comprendió el llamado de Estados Unidos como una forma de asegurar una alianza prometedora con esta nación, así mismo, el gobierno anticomunista de la época encuentra una similitud en el pensamiento promovido por Norteamérica, y la necesidad de hacer frente al comunismo.
Meléndez (2015), manifiesta que El Batallón Colombia se alza entonces con la participación del país en la guerra de Corea a través de los decretos 3230 de 1950 y 3927 de 1950, de los cuales este batallón conformado por más de mil hombres se uniría a las compañías norteamericanas en Corea. La colaboración logística en las operaciones, y el entrenamiento reforzado serian relevantes en la actualización de las estrategias militares del país. No sólo gran cantidad de armamento regresó al país, sino que los soldados adquirieron una experiencia relevante que luego serviría de ayuda en el enfrentamiento de guerrillas internas. Las tropas del Batallón Colombia permanecerían en la península hasta agosto de 1954, aunque en julio de 1953 se declarara el cese al fuego de esta confrontación.
Benz (2005), manifiesta que La Guerra Fría, significaría para el mundo, y principalmente para Europa, con el establecimiento del Pacto de Varsovia y la creación de la Organización del Tratado del Atlántico del Norte (OTAN), la necesidad de adoptar un modelo diferente al comunismo, tomando al capitalismo como el principal modelo dominante, y comprendiendo que más allá de la defensa de una ideología, existían otras temáticas de mayor prioridad a ser abordadas, entre ellas, lo relativo al tercer mundo. En tal Sentido, para Fernández y Borque (2013), la península de Corea ha sido disputada como espacio estratégico regional por China, Japón y Rusia, y luego como escenario de conflicto al asumir el enfrentamiento ideológico entre Estados Unidos y la Unión Soviética, frente a las posturas socialista y capitalista.
Pilares de la economía en Corea del Norte y Corea del Sur
Luego que, en 1945, se generara la división de Corea a través del paralelo 38°, el sur adopto el modelo económico capitalista, mientras el norte se inclinó por la adopción del modelo socialista. Como resultado de la búsqueda del desarrollo económico a través de diferentes opciones, el Norte vislumbraría cierta prosperidad en 1960, sin embargo, este crecimiento se estancaría producto de la visión implementada por el dictador Kim II– sung, quien se basaría en la política “Junche” (Autosuficiencia). En los años 70 la economía del Norte se había organizado alrededor de cooperativas y organizaciones estatales; Sin embargo, el Norte dependía de la ayuda extranjera, y en los años 70 los créditos internacionales se congelaron, al mismo tiempo que en los años 80 se redujo de manera considerable la ayuda proveniente de la Unión Soviética.
El colapso de la economía estatal, genero una crisis, la economía informal privada se organizó alrededor de la producción agrícola como una iniciativa para procurar la subsistencia en el Norte. Patiño (2018), señala que la crisis de los años 90 seria reconocida como “La Marcha de Hambruna”, debido al desabastecimiento.
Es en el año 1998, cuando la posición económica de Corea del Norte comienza a crecer, sobre la base de supuestos cimentados en una economía ilegal, producto de la comercialización de armas y el narcotráfico. A pesar de la ayuda proveniente de occidente, y de Corea del Sur también se menciona factores claves para el desarrollo del Norte. La estimulación de la economía orientaría la consolidación de esfuerzos alrededor del desarrollo de una política de militarización y desarrollo de la tecnología nuclear.
Ahora bien, el esfuerzo bélico y las pruebas realizadas con armas nucleares generan un alto costo monetario, lo cual reduce la inversión en educación, y desarrollo tecnológico, motivo por el cual según el Banco Mundial (BM) “Corea del Sur es un país de ingreso alto, con un Producto Interno Bruto (PIB) per cápita de 27.440 dólares estadounidenses, una tasa de crecimiento económico anual calculada de 3.39% del PIB en 2015” (Aguirre, 2016), mientras que en Corea del Norte, su PIB crece únicamente un 1% al año. Por otra parte, si bien Corea del Sur, brinda una ayuda importante a la economía norcoreana, es necesario resaltar, que en un primer momento, a causa de la separación de la península, el sur era uno de los territorios más pobres en el mundo. Su economía se sostenía únicamente en campos de arroz.
La estrategia del Sur se centró en concentrar esfuerzos para fortalecer el desarrollo tecnológico y educativo. Motivo por el cual “Corea pasó de tener una tasa de analfabetismo de 78% en 1945 a 0% en 1960” (Muñoz, 2016).
La educación sin embargo no se centró únicamente en el desarrollo de competencias o habilidades, se gestionó alrededor de la información integral de los ciudadanos, inculcando valores, y visionando la paz como una alternativa a tratar en el futuro. De tal manera que orientar, inculcar valores y promover una conciencia de rol en la sociedad, fue primordial, al recordar que el recurso más importante con el que contaban, eran las personas.
Posteriormente, en los 70, el país se enfocó en el desarrollo de la ciencia y la tecnológica, de ahí que se incentivó el estudio de carreras técnicas e ingenierías, a través de la gestión de beneficios y apoyos subsidiarios (créditos académicos, vivienda, salarios) para la población, esta iniciativa seria reconocida como un movimiento “para hacer científica a toda la población” (Muñoz, 2016).
“Paralelamente al desarrollo humano competitivo, y dado que se trataba de un mercado interno muy limitado, el Estado financió industrias con potencial de exportación, principalmente en la industria pesada, ingeniería, tecnología e industria química. Para competir globalmente se incentivaron y financiaron empresas de talla mundial, no sólo microempresas, que podían ser desarrolladas con un recurso humano de alto nivel. Surgieron así empresas exportadoras con gran fuerza y potencial en los sectores automotriz, tecnológicos, construcción naval y de infraestructura” (Muñoz, 2016).
De igual manera, Muñoz 2016, manifiesta que el sur, también invirtió en investigación y desarrollo, de tal forma que entre los años 1981 y 2005, la inversión en Investigación y Desarrollo (I+D) se multiplico por 50, al ser asumida tanto por el sector público como por el sector privado, como respuesta al desarrollo y crecimiento de las empresas coreanas.
Por lo tanto, “China, es el único país que mantiene relaciones plenas y multidimensionales con ambas Coreas, la opinión pública de Corea del Sur considera que China es un socio. Sus elites tienen una imagen positiva de este país debido a su desarrollo económico (principal socio comercial y destino de inversión externa directa), al eventual apoyo que prestaría a las políticas de reconciliación intercoreanas y a que representa una oportunidad de reducir su dependencia de Estados Unidos” (Pérez y Chacón, 2008, p. 72).
Por otra parte, el Tema energético resulta preocupante tanto para Corea del Norte como para Corea del Sur. El Norte necesita importar estos recursos desde China y Rusia, e incluso generar energía a través de las instalaciones nucleares. Corea del Sur por otra parte, debe casi la totalidad de su energía a sus alianzas con Medio Oriente y Rusia, para la importación de Gas y Petróleo.
La estrategia diplomática asumida por China se ha sustentado en la presión hacia Corea del Norte a través de los recursos energéticos, para presionar su participación en los diálogos de negociación. Otra perspectiva, es para China, una opción de desarrollo que resulta viable para los norcoreanos se encuentra en el incentivo de mercados de libre comercio.
Desde el punto de vista de Yang (2012), al principio de su gobierno Kim Jung–Un, genero una expectativa positiva frente a la necesidad de generar una reforma económica, al reflexionar y manifestar su intención de fortalecer la economía agrícola y detener las provocaciones militares, este tipo de reforma incluiría elementos capitalistas, sin ser estos el foco principal de la reforma, como una forma de imitar la reforma de libre mercado en 1970, experimentada por China, la cual inicio en algunas provincias y luego fue extendiéndose al resto del país.
La diplomacia de China ejerce presión por otra parte, al ser la segunda mayor potencia mundial, y uno de los principales beneficiarios de Corea del Norte. Márquez (2017), señala que el 74% del comercio exterior de Corea del Norte se genera con China. Una relación comercial que más allá de un interés económico se establece en un interés político, razón que se sustenta en el hecho de que “Las principales exportaciones de Corea del Norte a China son bricks de Carbón; Pensar que China, es el mayor productor de carbón del mundo, y el tercer país con reservas de ese mineral, necesita importar ese producto de Corea del Norte parece poco lógico” (p. 354). Patiño (2018), señala que otros de sus socios comerciales con porcentajes del 3.27% al 1.28% en términos de negociación serian India, Rusia y Tailandia.
A nivel comercial, se hace necesario destacar que Corea del Sur lidera las relaciones comerciales entre ambos países, Licona, Barajas y Ayesa (2013), expresan que el Norte acepta las propuestas del Sur como forma de reiterar su compromiso con la reunificación de la península y la promoción de acuerdos de Paz, de allí que el Norte provee de materia prima a las compañías surcoreanas, para que estas puedan elaborar y exportar productos elaborados o semi –elaborados, por otro lado a Corea del Sur le interesa promover la inversión y el desarrollo comercial, motivo por el cual tolera muchas de las acciones de sus vecinos, o las pasa por alto.
La reunificación sin embargo, como señala Aguado (2016), significaría para Corea del Sur asumir un gasto económico a través del cual se percibe la necesidad de abogar por la ayuda de organismos internacionales e instituciones financieras, así como por el apoyo constante de las industrias privadas coreanas, de manera especial, visto que la unificación también implica la armonización social y económica, lo cual se estima en la unificación de los modelos económicos de ambas coreas en uno solo, inicialmente esto generaría conflictos, al pertenecer Corea del Sur, al grupo de los Cuatro Dragones Asiáticos, debido a su accionar en la economía de mercado a nivel nacional e internacional.
Así mismo Hilpert y Meier (2018), expresan que los avances del Sur de Corea la han llevado a pertenecer a grupos como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y el Grupo de los 20 (G20), mientras Locher 2010), manifiesta que Corea del Sur se ha desarrollado hasta convertirse en un Estado Tigre. La inestabilidad de Corea del Norte, por otra parte, podría contribuir al final del régimen, y la unificación de la península generaría una mejora gradual en el Producto Interno Bruto de Corea, logrando “beneficios globales y regionales, ya que será posible conectar el corredor del este asiático” (Aguado, 2016, p. 6), lo cual supone mejorar no solo la infraestructura regional sino generar soluciones y alternativas a la problemática nuclear de Corea del Norte “disminuyendo así los gastos militares tanto de Corea del Sur, como de otras naciones” (p. 7).
Impacto internacional y comercial, diálogos y retos de la unificación de la península coreana.
Roh Tae-woo sería uno de los gobernantes de Corea del Sur, quien insistiría en la necesidad de unificar ambas Coreas, manifestando que como península eran una misma nación y no había necesidad de verse como adversarias, sino de procurar una ayuda mutua. Una de sus iniciativas consistió en establecer el Comité para la promoción de la cooperación y el intercambio intercoreano, ante lo cual surgía la necesidad de que Corea del Sur apoyará a Corea del Norte, hasta el punto que ambas economías pudieran lograr un desarrollo nacional y encontrarse en un mismo nivel; Para esto, resultaba necesario que el Norte mejorará sus relaciones diplomáticas con Estados Unidos y Japón. También se gestionó la “Sunshine Policy” como una política de compromiso y apoyo económico incondicional.
Motivo por el cual, en el año de 1991, se manifiesta un primer acercamiento al diálogo, por parte de las Coreas, a través de la posibilidad de gestionar un “Acuerdo de Reconciliación, No agresión, Intercambio y Cooperación, entre el Norte y el Sur”, los siguientes gobernantes del Sur, continuarían la política de no agresión, sin embargo la tensión y la incertidumbre frente a la posibilidad de un conflicto militar, seguían latentes, razón por la cual en el año de 1998 se generó claridad sobre el hecho en el que el Sur no intentaría tomar el poder o absorber al Norte y continuaría el proceso de reconciliación y cooperación nacional, sin embargo, no estaría dispuesto a tolerar provocaciones armadas por parte del Norte.
En 2000, en la primera cumbre intercoreana, “se tocaron temas humanitarios, la ayuda a Corea del Norte, y la reconciliación nacional” (Pérez y Chacón, 2008, p. 58). Estados Unidos denunciaría en 2002 el programa nuclear altamente enriquecido con Uranio, desarrollado por Corea del Norte, ante lo cual la nación se defendería manifestando que existía una necesidad de generar una defensa de la soberanía nacional por parte del Norte frente a la amenaza nuclear de Estados Unidos.
La iniciativa de los programas de enriquecimiento de Uranio, de Corea del Norte, surge en el año de 1994, como respuesta las intervenciones de Estados Unidos en Grenada (1983) e Irak (1991), y a la crisis económica de los años 90 y la falta de garantías o respaldo de los gobiernos chino y Soviético en este momento histórico, de allí que este programa surgió al mismo tiempo que el establecimiento de relaciones con los países del sudeste asiático: Vietnam, Laos y Cambodia (García, 2009).
En 2003, Corea del Norte accede a retomar el Tratado de No proliferación Nuclear, bajo la perspectiva del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), lo cual reafirmaría el Acuerdo de Desnuclearización Corea del Norte – Corea del Sur de 1992. Sin embargo, Corea del Norte continuaría trabajando en su Programa de armas nucleares y enriquecimiento de Uranio.
Durante este mismo año, China, quien mantenía una postura de no involucrarse en el conflicto coreano, asumiría un papel como mediador, su diplomacia se encontraba mediada por la razón de evitar un conflicto mayor entre Corea del Norte y Estados Unidos, en una ubicación geográfica cercana, lo cual presentaría varias consecuencias para el gobierno chino.
En 2007, se celebró una Segunda Cumbre, en la cual ambas Coreas se inclinaron por el abordaje de la búsqueda de la paz, y de acuerdo al “Diálogo de las Seis Partes” Corea del Norte, prometería poner fin a los programas nucleares. Para Patiño (2018), este diálogo significaría la apertura hacia la posibilidad de conversar las medidas a tomar entre los seis países participantes (China, Estados Unidos, Japón, Rusia, Corea del Norte y Corea del Sur), con el fin de evitar la toma de acciones unilaterales y la inestabilidad o la posibilidad de que Corea del Norte fuera atacada.
Sin embargo, las elecciones de Corea del Sur, y la elección de un nuevo gobernante con un pensamiento crítico frente al accionar de Corea del Norte, alteraron la viabilidad de los compromisos pactados.
Serikov (2010) y Serikov (2011), afirma que pese a la reticencia del Norte, en algunas ocasiones la iniciativa del diálogo ha surgido por su propia parte, al contactar a Corea del Sur, y manifestar la necesidad de los diálogos, sin embargo para el Sur, las intenciones de los norcoreanos responden más a estrategias propagandísticas, que realmente a la posibilidad de que el Norte se disculpe por los ataques realizados contra el Sur, y a la posibilidad de iniciar un camino hacia el desarme nuclear.
Para Licona, Barajas y Ayesa (2013), los programas nucleares dirigidos por Corea del Norte son una de las principales preocupaciones a nivel internacional, de manera especial para Estados Unidos, quien mantiene una lucha constante frente a la iniciativa de desnuclearización. De allí su posición y la presencia militar en Corea del Sur.
Márquez, (2017), reitera esta posición, de manera especial en la actualidad, bajo el mandato de Kim Jongun, quien ha realizado más de 82 ensayos y disparos de misiles, lo cual afecta a la comunidad internacional, al generar mayor tensión en la región, frente a las acciones del líder norcoreano. De manera especial frente a las relaciones diplomáticas ejercidas frente a Estados Unidos y las disputas entre Trump y Jongun. Kim Jongun, es un líder joven e imprudente en tal sentido, como ha demostrado al realizar un ensayo nuclear en una fecha convocada por China para celebrar la cumbre de los BRICS (potencias emergentes formadas por Brasil, Rusia, India, Sudáfrica, y China), evento al cual también asistían gobernantes de México, Tailandia, Egipto, Kenia, y Tayikistán.
Sin embargo, para China, uno de los principales temores se centra en la inestabilidad gestionada frente a los procesos de unificación de la península y la posibilidad de que ante la caída del comunismo se adopte un modelo capitalista, esto generaría una oleada masiva de refugiados quienes se movilizarían al país, el cual no cuenta con la capacidad para asumir la recepción de los migrantes; Situación que también comprenden y asumen Corea del Norte, y Japón. Por otra parte, los intereses de Japón se centran en la posibilidad de generar alianzas con Corea del Sur, para un acuerdo de Libre Comercio.
De allí que pese a los peligros que suponen los ensayos nucleares realizados por Corea del Norte, China, omita estos comportamientos, bajo la idea de apoyar la ideología comunista y evitar la entrada del capitalismo a toda la península coreana. Desde Eventos Asía Pacifico (2018), se comprende que la situación actual de Corea necesita del apoyo ruso y Chino, debido a su contexto actual, que aún acarrea las consecuencias de la guerra fría.
Es necesario señalar, que existe una profunda brecha generacional frente a las políticas de paz en Corea, ya que las generaciones más viejas son escépticas frente a los diálogos y compromisos pactados entre el Norte y el Sur, mientras los jóvenes vislumbran con mayor esperanza la posibilidad de una reunificación de la península.
Para Licona, Barajas y Ayesa (2013), los esfuerzos de los gobernantes que han asumido el mandato del Sur y el apoyo brindado hacia el Norte han ayudado a la gestión de una percepción positiva de quienes habitan el Sur de Corea, frente a los norcoreanos, al adoptar una posición como
naciones hermanas. Esta simpatía, también se cimienta en la crítica social frente al papel de Estados Unidos, el cual prolonga el Status Quo, un estado emocional, social, político y/o económico de un periodo determinado de tiempo, manejado en la Guerra Fría y la dependencia económica del país.
Joung (2019), afirma que, para los habitantes de Corea del Sur, la unificación depende de la economía, siendo para el Sur prioridad mantener una economía prospera y continuar con su tasa de crecimiento, sin embargo si existe una percepción positiva frente a los acuerdos y compromisos de paz, y la unificación de la península se entiende como un objetivo nacional importante, en la actualidad no consiste en una prioridad para la sociedad surcoreana.
Entre las sanciones generadas por Naciones Unidas, se encuentra la Resolución 2371, en la cual se “pretende recortar hasta en 1/3 las exportaciones de Corea del Norte, en lo que constituye el paquete de sanciones más amplio y de mayor gravedad hasta la fecha” , la cual se sustenta en la decisión de los gobernantes Norcoreanos de destinar su presupuesto hacia el desarrollo de armas nucleares y misiles balísticos, mientras “una cuarta parte de la población sufre de desnutrición crónica” (Márquez, 2017, p. 356). Esta medida fue aprobada a través de un consenso internacional, sin embargo, y pese al daño que realizará a la economía norcoreana, resulta de mayor viabilidad, que algunas de las manifestaciones de Trump, quien señala abiertamente a China, y critica sus prácticas comerciales al sustentar que la economía norcoreana, también resulta merecedora de una sanción.
Situación a la cual los norcoreanos oponen resistencia por el impacto que esto significaría para la península, y manifiestan que las constantes amenazas de Estados Unidos solo ratifican sus decisiones de continuar con los programas de defensa armamentística y ensayos nucleares, con el fin de tener la capacidad de enfrentarse a esta potencia, la cual amenaza la estabilidad de la península e incluso impacta en la estabilidad de los países asiáticos.
Gonzales (2019), señala que los diálogos entre Trump y Jongun en la actualidad, y su encuentro en tierras norcoreanas responde a una estrategia publicitaria, producto de las intenciones de Trump por reelegirse, sin embargo, los enfrentamientos entre ambos líderes políticos pueden volver a iniciar en cualquier momento.
Resultados
Resultado de la revisión de la literatura, se puede concebir que China y Japón son fundamentales en el contexto de Corea, principalmente, con la incursión de la dinastía Han y el dominio de la misma sobre el Norte de Corea, impulsando el comunismo en esta zona del territorio, la caída de los Qing, y el dominio de Corea por parte de Japón, al instaurarla como una colonia, que llevaría a adoptar elementos de la economía capitalista al territorio del Sur. Lo cual sería fundamental cuando luego de 1945 y de liberar del control de Japón a la Península, tanto Estados Unidos, como la Unión Soviética, esperarían el triunfo y la unificación de la economía más conveniente para cada cual, este enfrentamiento llevaría a delimitar la península bajo el paralelo 38°.
La retirada de las tropas de Estados Unidos y de la Unión Soviética, y el triunfo de la República China Comunista en 1950, incentivarían al Norte, para aliarse con Rusia, e intentar tomarse el Sur, momento crítico, en el cual Estados Unidos ejercería su poder para defender el Sur, y combatir el avance del comunismo, al percibir esta ideología como el principal enemigo a nivel internacional.
Al contar con diversos aliados Estados Unidos se ha enfrentado directamente al comunismo en el mundo, el territorio de Corea no es la excepción, sin embargo, la caída de la Unión Soviética y el recorte en el presupuesto auxiliar internacional para proporcionar ayuda al Norte, generó un estancamiento y una crisis de desabastecimiento en el Norte, lo cual daría pie para que el Sur, se interesará en ayudar al Norte, y comenzara a dialogar con sus vecinos, unificando la península, reconociendo que a largo plazo, esta unión de Corea, resultara benéfica para la nación, aunque en un principio los gastos y el coste económico resulte en un reto difícil de afrontar, y ante el cual ambas coreas necesitaran de la ayuda económica de intermediarios.
Corea del Norte, ha respondido a la crisis, y a su necesidad de superar periodos difíciles de sostenimiento a través del comercio ilegal de armas y la adopción de un programa de enriquecimiento de uranio con fines nucleares. Como parte de su promoción de la defensa nacional ante Estados Unidos y su interés en someter al Norte, por su visión centrada en erradicar el comunismo.
Esto conlleva a reconocer los acontecimientos actuales, el Diálogo de las Seis Partes, como tratado diplomático mediado por China y Corea del Sur, incluye a Corea del Norte, Rusia, Japón y a Estados Unidos, como una forma de prevenir el desplegué estratégico militar en el territorio y su avance hacia Corea del Norte, generando una afrenta militar, cuyas consecuencias serían de un alto impacto para Asia, de manera especial para Japón y China, como naciones cercanas, quienes deberían asumir la oleada migratoria de refugiados e incluso la posibilidad de un enfrentamiento en el cual se dé uso de armamento nuclear.
Motivo por el cual, con el fin de prevenir este tipo de interacción negativa, se gestiona una diplomacia para generar el consenso entre las seis partes, y evitar las consecuencias negativas de un enfrentamiento directo, en el cual no se genere mediación.
Sin embargo, las políticas de Estados Unidos, y su posición frente a Corea del Norte, han llevado a generar sanciones que afectan la estabilidad de la península, eespecialmente si se tiene en cuenta que el recorte de 1/3 de sus exportaciones, entre las cuales se encuentran el Carbón, y productos animales, como el pescado y el marisco, los cuales resultan principales para el sustento del Norte y su economía, generarían un gran impacto y retroceso en la calidad de vida de los norcoreanos, quienes ya sufren los recortes presupuestales derivados hacia el fortalecimiento militar y de los programas nucleares.
Ahora bien, Estados Unidos, desde la representación de Trump, también vislumbra a China como su competencia directa, y el papel de China en la economía mundial, a través de la exportación de productos bajo sus tratados de libre comercio en el mundo a un bajo costo, e incluso frente a problemáticas relacionadas con la propiedad intelectual; Otra posición se reitera en la posibilidad de que pese a la presencia histórica de Estados Unidos junto a Corea del Sur, exista la posibilidad de que el Sur se incline por gestionar alianzas y fortalecer su diplomacia con China, al identificarla como un socio comercial estratégico.
Por otra parte, pensar por lo menos en la remota posibilidad de que se sanciona a China, con una medida similar a la impuesta a Corea del Norte, afecta su posición como proveedora internacional, sin embargo, resalta la postura de Estados Unidos, como potencia dominante, quien reafirma su poder a través de la sumisión de otras naciones. Ahora bien, la negativa ante este tipo de medidas podría generar un alto costo a la humanidad, desencadenando un conflicto bélico alrededor del mundo, en el cual se verán enfrentados diferentes países, una vez más alrededor de un conflicto ideológico, sustentado en la influencia del comunismoo y el capitalismo mundial.
Discusión
Desde una posición económica y sustentada en una visión comercial, la sanción manifestada a Corea del Norte se visualiza como una política negativa, ante la cual resulta lógico que el Norte continúe defendiéndose y reitere su posición de invertir en un programa nuclear para hacer frente a la amenaza estadounidense. Sin embargo, Estados Unidos, no se encuentra dispuesto a ceder, la sanción que impacta la economía de Corea del Norte, en lo relacionado con sus exportaciones disminuirá la calidad de vida de sus habitantes y generará una nueva crisis, y desabastecimiento para quienes habitan en el territorio. Esto puede conllevar a la huida migratoria, que trata de evitar China y países asiáticos como Japón y la propia Corea del Sur.
Siendo que, pese a los avances de Corea del Sur, quien ha logrado afrontar los retos y dificultades que conllevan el crecimiento nacional, hoy en día se reconoce como una nación prospera, a través del crecimiento en investigación y ciencia, desde las organizaciones públicas y privadas, de allí que la reunificación es un objetivo nacional, más no una prioridad, debido a que la iniciativa no debe afectar de manera negativa la estabilidad regional.
Estados Unidos por su parte, solo percibe al comunismo como amenaza y la necesidad de reiterar su posición como nación influyente en el territorio, que incluso ha expresado su malestar frente a China, y la posibilidad de sancionarla por su apoyo a Corea del Norte, al ser la nación aliada principal que genera una gran recepción de la economía sustento de los norcoreanos.
Sin embargo, este tipo de medidas no es conveniente no solo para Corea del Norte, sino a nivel internacional, para todas las naciones, incluyendo a Estados Unidos, quienes manejan tratados de libre comercio con este país, y adquieren varios de sus productos a un precio altamente competitivo.
Conclusiones
El conflicto entre ambas coreas responde a un contexto político e ideológico, resultado del enfrentamiento entre las ideologías capitalista y comunista, promovido en un principio por la conquista de los territorios por parte de China y Japón, y luego por la división del paralelo 38°, iniciativa estadounidense respaldada por los intereses no solo de Estados Unidos, sino también por los de la Unión Soviética, en su momento. Ahora bien, la adopción de estos modelos ha tenido influencia en la economía de ambas coreas, y en la percepción positiva o negativa del contrario, comprendiendo que con el pasar del tiempo, Corea del Sur, gestiono el establecer diálogos con sus vecinos de Corea del Norte, como una forma de fomentar los tratados y la promoción de la paz en la península, y a su vez reconocer que en lugar de verse como enemigas, ambas coreas deberían consolidarse desde una política de fraternidad sustentada en la reunificación.
Por otra parte, Estados Unidos no visiona de la mejor manera el hecho de que Corea del Norte ha gestionado una parte de su crecimiento económico en el enriquecimiento de uranio para promover programas de desarrollo nuclear e iniciativas armamentísticas. Al identificarlo como un peligro, se ha gestionado un diálogo a través del Diálogo de las Seis Partes y se ha ratificado por su parte, la visión del desarrollo nuclear como un peligro mundial, ante lo cual, si bien existe una política de desnuclearización como parte del proceso de reunificación de la península, Corea del Norte no se encuentra dispuesta a abandonar sus programas nucleares en un corto plazo. Motivo por el cual se puede reafirmar que, aunque ambas partes desean la reunificación de la península, ninguna se encuentra dispuesta a ceder su posición.
Corea del Sur, por su parte, ha gestionado un crecimiento económico favorable al sustentar su economía a través de una apuesta dirigida hacia el sector educativo, la ciencia y la tecnología, lo cual la ha llevado a convertirse en uno de los “Estados Tigres” de Asia; Razón por la cual existe la posibilidad de que los ciudadanos han comenzado a percibir de manera negativa las intervenciones de Estados Unidos y la relación de dependencia de Corea del Sur con el país norteamericano, China, quien cuenta con relaciones positivas con ambas coreas, se convierte en un aliado estratégico, lo que puede llevar a generar un conflicto de intereses entre Estados Unidos y China.
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